Del catálogo de FilminLatino: “El otro lado de la esperanza” de Aki Kaurismäki

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop  

 

 

El otro lado de la esperanza espera a dos hombres, valga la redundancia, que luchan, cada uno a su manera, y cada uno desde el punto de vista de su lucha, por una vida mejor. Por un lado, el señor Wikhström que compra un local viejo y desea abrir un nuevo restaurante; por el otro, tenemos a un joven (Khaled) que busca refugio en la capital finlandesa a causa de la guerra en Siria. Dos caminos que recorremos por aparte solo para a mitad del filme lograr llegar y disfrutar de su bifurcación. Así es como esto resulta una estupenda comedia, donde lo gracioso se mezcla con lo trágico, y lo gracioso y trágico es lo que inyectan a la sangre de esta historia la nostalgia.

Sentimos compasión por el joven refugiado que huye de su patria sin saber ya considerarla patria o a qué es que se le llama verdaderamente patria, pero también riendo con él y las historias que le suceden; así como sentimos gratitud por la generosidad de Wikhström que debe saltar las normas para esconder y proteger al sirio. El joven sueña con tener un empleo cualquiera que lo ayude a sobrevivir tan sólo el día que se encuentra viviendo, el señor sueña con una inversión capaz de hacerle crecer sus fondos. La de ambos es una lucha, quizá no la misma, pero sí con la misma fuerza que se desea y pelea. Khaled ha escapado de la pesadilla de la guerra y las bombas que caen, el hambre y los cuerpos sin vida de niños inocentes a las calles; sueña también con recuperar a su hermana que se quedó en mitad de la guerra; sueña con cambiar de vida, hacer una nueva, desprenderse por completo de la anterior. Wikhström tiene que vencer los procesos burocráticos y mafiosos del gobierno y la empresa para poder al fin abrir el restaurante que tanto desea, y al cual se aferra como una forma también de supervivencia tras haber dejado a su esposa y salir de casa; una forma de mantenerse ocupado, de hacer algo y dedicar toda su vida a ello; un restaurante que a lo largo de la cinta irá cobrando su esencia aunque se tenga que cambiar de carta y gastronomía una y otra vez, tal y como la vida, aunque se tengan que tomar diferentes camino una vez y otra y otra.

El guion, que resulta sumamente bien logrado, fue escrito por el propio Kaurismäki. La fotografía es excelente con una cámara bien llevada y los colores intensos que caracterizan tanto a la cinematografía del director. Los diálogos entre los personajes, a veces son sutiles, otras son para leerse entre líneas. El humor, al que llegan a comparárselo con el de Jim Jarmusch, es excepcional, sutil y sincero. De verdad, una de sus mejores obras de Aki Kaurismäki hasta el momento.

Resumiendo, “El otro lado de la esperanza” trata mayormente sobre la lucha por la sobrevivencia, y esa pequeña luz que sin ella el hombre se sentiría totalmente perdido: la esperanza. La lucha de dos hombres que hacen todo por aferrarse a la vida con uñas y ganas y sueños. Dos hombres fuertes que saben hacerle frente a las circunstancias, porque como Mazdak aprendió al irse inmiscuyendo de a poco en su nueva vida finlandesa, los que son melancólicos son los primeros en ser devueltos; todos los melancólicos son devueltos”, y por eso no vale la pena para ellos dejarse tragar por la tragedia, sino seguir adelante, luchando, y esperando que algún día pueda tener éxito el restaurante o que la hermana pedida en la guerra logre escapar (regresar). Aunque, claro, no está mal sentir añoranza, suspirar de vez en cuando, recordar o esperar volver, porque de los sentimientos el hombre es incapaz de desprenderse, por naturaleza. El filme es una gran pieza cuyo tema principal, podría develarse, es el hogar, aquel que se busca o que incluso se está esperando por descubrirle pronto, y llegar, para quedarse.

 

Disponible en la plataforma de FilminLatino:
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