Recordando “FOME” LOS TRES en Sala Puebla

 

Por Erick Gálvez Ayala

 

 

Hace poco mas de un mes se anunció la visita de una de las bandas chilenas más relevantes en la historia, Los Tres, ¿la razón?, una gira para volver a presentar el disco Fome, un álbum inclasificable y extraordinario, la fecha había llegado, 6 de diciembre, 20 hrs., en la Sala Puebla. Fome (aburrido) se editó en 1997, producido por Joe Blaney, contiene canciones fundamentales de la banda, es líricamente dispar, hay temas hasta cierto punto chuscos a la par de piezas poéticas down acompañadas de rock estridente, si no han escuchado el trabajo completo, háganlo sin dudar.

De vuelta al presente son las 20:15, hemos encontrado un lugar de estacionamiento muy cercano, no parece haber tanta gente, la nula promoción ha sido causante de esto, al menos los que estamos seremos privilegiados. El lugar es parecido al lunario del Auditorio Nacional, desde cualquier lugar puedes ver, hay que agradecer ver a una agrupación tan importante en un lugar tan pequeño, lejos de la moda de los festivales. Estamos preparados para el rock and roll, con cerveza en la mano esperamos a Los Pandilleros, banda que abrirá el show. Se apagan las luces, salen 8 músicos, arrancan la velada, rockabilly, algo de folk, country y hasta guiños de ska en su obra  La respuesta de los presentes fue más fría de lo que merecía esta buena banda, tan solo 30 minutos después, se despedían habiéndolo dando todo en el escenario. Murmullos entre nosotros, cambio de equipo para el plato fuerte de la noche.

Todo listo, el primer tema: «Claus» suena perfecta, tintes de suspenso, una película de detectives parece comenzar, Titae da una lección de cómo ejecutar el órgano, de inmediato viene “Toco Fondo” quizá la letra más extraña del disco, le sigue «Bolsa De Mareo» el ruido así como los canticos no pararían, vendrían «Olor A Gas” efusivamente gritada,  «De Hacerse Se Va Hacer» y «Antes». Llegaría aquella melodía tan deprimente, llena de desesperanza, un culto a lo horrible «Fealdad» es tímidamente cantada, «Jarabe Para La Tos» fue otra muy coreada. “Libreta” suena brutal, distorsionada, excelente. Todos se retiraban para dejar solo al Álvaro Henríquez con su guitarra, empezaban los acordes de aquella melodía hambrienta de cariño titulada, “Me Arrende”.

La hecatombe llegó con «Silencio», «La Torre De Babel», «Pancho» y «Restaurant». El disco ejecutado en estricto orden está por terminar, los recuerdos viajaron por todos aquellos que vivimos hace más de 20 años un trabajo considerado el mejor de los chilenos. «Largo» termina el álbum, un cierre caótico, arde el público.

Se corea el olé olé olé olé, regresan para darnos puros hits de su carrera, “Tírate”, “Déjate Caer” con coreografía incluida, “Un Amor Violento”, “Camino”  además de “La Espada Y La Pared” dejan afónicos a todos sus fanáticos. El verdadero final llegaría tras recordar a su país natal con el clásico «El Pueblo Unido Jamás Sera Vencido”, una marcha de protesta, la cual nos regresa a la realidad de nuestros días. Tras encender las luces, las miradas reflejan satisfacción, a veces recordar es necesario para seguir adelante, a veces no valoramos todo lo que ha valido la pena, tal vez nuestra vida no ha sido insignificante si escuchamos un viaje sonoro como este. Aunque haya poca esperanza, siempre  puedes continuar con un extraordinario suspiro.

“El sol volvió al corazón

Nos salvó de una muerte feroz

El destino me salvará a su vez

De la abulia que prometió volver” Me arrende, FOME, 1997