«Con el alma en los labios» Rufus Wainwright

 

Por Erick Gálvez Ayala 

 

 

La sensibilidad es un valor deteriorado en el arte, hemos menospreciado la inventiva, la inspiración, la improvisación, la inmediatez, todo por el esfuerzo, el trabajo, el raciocinio, la premeditación. Tener los sentidos abiertos para interpretar este universo que habitamos tiene en si una complejidad alta, respirar, degustar, observar, escuchar y hasta sentir, tiende a parecer algo natural aunque no todos logramos disfrutar de sus placeres.

Alguien que si logra encontrar la parte más sensible del arte es Rufus Wainwright, artista todo terreno, capaz de componer canciones de notoria musicalidad acompañada con letras urgentes. Rufus es neoyorkino, no se sabe si esto sea una cualidad o el peor de los defectos, lo cierto es que nacer en la gran manzana te atiborra de influencias, el teatro, la música, el diseño, además del cine, en el se vive intensamente artísticamente hablando. Aprendió a tocar el piano siendo un niño, creció con influencias musicales, el folk, la ópera, el jazz y especialmente The Beatles.

Una de las mayores cualidades de Rufus es que siempre ha buscado que su trabajo tenga sentido, el desafió es el objetivo, crear las sonoridades más complejas, quizá es por esto que no sea el cantautor más aceptable, en realidad sus discos tienen mucho mejores críticas que ventas, sin embargo, eso no lo detiene, al contrario, esto lo motiva.

Debuto discográficamente en 1998, con un disco homónimo pop de categoría, un buen trabajo con canciones tan buenas como «April fools», «In my arms», «Baby» y «Damned ladies», le siguió Poses con extraordinarias críticas, con pianos notables, en sentido estricto una obra redonda. Want One álbum imprescindible en su carrera, Waiting For A One (EP), Want Two es más melodramático, muy sensible, es barroco. Alright Already es un EP menos afortunado aunque de buena manufactura.

En 2007 edita el Release The Stars con su clásico «Going to a town«, quizá la mejor pieza compuesta por este americano-canadiense, publico ese mismo año un álbum en directo, dos años después salió otro disco en vivo. En 2010 llega All Days Are Nights, aquí se incluyen sonetos de la obra de Shakespeare. En 2012 sale el último disco de estudio Out Of Game un disco dispar con algunos grandes temas y otros no tan recomendables.

Rufus Wainwright hizo en el camino una ópera de nombre Prima Donna, algunos temas para películas siendo el más reconocido su versión de Hallelujah del abuelo de su hija Leonard Cohen. Ha sido un tipo leal a sus convicciones, hoy disfruta de una vida familiar, alejado de los excesos que tuvo entre sus años veinte y treinta, es un defensor de los derechos de los homosexuales además de un icono artístico para el gremio. Salvaje cuando ha sido necesario, melódico cuando se lo ha propuesto y hasta bailable cuando lo ha querido, es un personaje con un alma a la deriva, enfocado en no ceder a lo predeterminado, buscando su propio estilo, aún queda mucho que espera de él, aún hay fuego en el camino.

 

«Nada es lo que parece, nada parece lo que es, y aunque pueda estar deslizándose por el ya, soy una rosa que necesita un poco de agua ahora» A rose that needs some water, Rufus Wainwright.