Reseña de “Ajuste de cuentas” de John Grisham

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop 

 

 

Un hombre acaba de asesinar al pastor de una iglesia metodista en Mississippi. No opone resistencia a su detención, no le importa pasar el resto de su vida en prisión, o peor aún, ser condenado a la silla eléctrica. Él asegura fue un acto que debía de hacerse, y no se arrepiente, no le importa perder su propia vida a costa de él, porque si de eso se trata, la vida la perdió hace muchísimo tiempo. Es un veterano de guerra que participó en la Segunda Guerra Mundial, contra Japón después del ataque de Pearl Harbor, por lo que después de todo lo que vio y sufrió, ya nada puede quebrarlo, ya nada puede acabar con él.

Esta novela, última del autor norteamericano John Grisham, bestseller de novelas de suspense y thriller, caracterizándose siempre por su sello de abogado impreso en todas sus historias, trata acerca de una finca de algodón en la ciudad de Clanton que ha pertenecido a más de tres generaciones a lo largo de muchas décadas, y de la familia actual que lucha por salvar esa herencia, que más que económica, resulta histórica en un legado de trabajo y memoria. Los hijos de Pete Banning, después del asunto de su padre con el pastor, y la madre que desde hace tiempo permanece encerrada en un hospital psiquiátrico, se ven sujetos a la fragilidad de una sociedad que apunta con el dedo, de la esposa del pastor que hace todo por quitarles hasta el último centavo; la familia del acusado busca desenterrar todos los secretos de la familia que los han llevado hasta estar en esa difícil situación.

El libro se divide en tres capítulos. La parte del asesinato y las repercusiones. La segunda, la mejor lograda y más interesante en mi opinión, un regreso al pasado de Pete Banning cuando combatía contra los japoneses (Grisham nos narra con detalle las atrocidades de la guerra, la famosa y atroz marcha de la muerte de Bataan, misma que conducía a los prisioneros americanos hacia los campos de trabajo forzado, en donde miles murieron en las peores condiciones y a causa de las torturas más crueles e inhumanas que podrían pensarse). Y por último, la tercera parte, la lucha legal de los hijos y su tía, hermana de Pete, por proteger la herencia, su orgullo, la tranquilidad y lo que les corresponde. La lucha, más que nada, por tratar de develar la razón de lo ocurrido, por qué su padre asesinó a otro hombre, y si quizá esté ligado por el trauma que sufre la madre. El final, no puedo decir más que después de haber tenido uno tanta paciencia con el libro, termina por serle revelado ningún misterio interesante. Predecible, y sin estar a la altura de la intriga que el autor, a veces bien, a veces mal, fue tratando de hilar a lo largo del camino. Tal vez sea que no supo cómo acabar.

En resumen, es un libro que agradará a los fieles lectores y seguidores del autor. Publicado por Plaza & Janés, a través de Penguin Random House, es una muestra más de que John Grisham continúa con su meta personal de seguir escribiendo casi un libro por año. Pero a veces, hay que tener cuidado al querer centrarse más en la cantidad.