Reseña de la película de “Baby driver” de Edgar Wright

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop 

 

 

Nunca he sido fanático de las películas de acción y mucho menos de carros. Pero como siempre, hay la excepción. Y la excepción puede a veces demostrarnos que cuando las cosas que detestas, alguien tiene el valor, la inteligencia y la genialidad, para hacerlas realmente bien, te puede llegar a sorprender, convencer, e invitarte a que te dejes consumir por ese mundo que antes te parecía tan ajeno. Y así como “Joker” nos demostró que se pueden hacer buenas películas sobre superhéroes y cómics, de la misma forma “Baby driver” nos pone en manifiesto que también se puede hacer una completa joya de una historia completamente de acción y de coches, alejando la mala fama que se ha venido encargando de desprestigiar el género películas como las de la eternamente aburrida saga Fast & Furious”.

Para lograr la adrenalina que sientes desde el inicio, y que va en aumento hasta terminar con una explosión de éxtasis hacia el final de la película, el director Edgar Wright lo hace posible con una de las mejores ediciones de sonido que he apreciado en la industria cinematográfica, así como con una dirección de cámaras que hace sentirte parte de la historia, dentro del coche, parte del equipo, huyendo de la policía, que sientas enamorarte, el peligro, la lucha moral interna entre ser una buena persona o doblegarte ante el oscuro mundo del crimen y la violencia. La dirección de cámaras es la el secreto junto con la banda sonora que para todo melómano resulta una gloria al ser las canciones tan bien encajadas en el rompecabezas de cada una de las escenas Y es que no es coincidencia que el protagonista Baby sufra de tinnitus (como Barbra Streisand, Phil Collins, Pete Townsend o Chris Martin), y que el único remedio para alejar ese molesto tintineo en sus oídos sea escuchar todo el tiempo música en sus audífonos (y pareciera que nosotros también vivimos toda la película con ellos puestos), pues no pudo haber mejor selección de playlist para este filme. ¿Cuántas canciones podremos encontrar con el nombre de Mary en sus letras? ¿Y con el de Baby? Nos responden solo una parte artistas como Carla Thomas, Beck, T. Rex, The Detroit Emeralds o Simon & Garfunkel (de estos últimos es que una de sus canciones da título a la película). Uno se deleita con esos colores en movimiento al son de The Beach Boys, Barry White, de Queen o The Commodores. En una de las escenas de más suspenso entra con una precisión y de encaje perfecto “When something is wrong with my baby” de Sam & Dave, haciéndonos retorcer en el asiento entre la adrenalina de estar involucrado en una de las mafias más temerarias y la adrenalina del amor cuando aún no se pasa a la etapa del conocimiento profundo del otro, y lo desconocemos, y donde tampoco aún se saben los secretos propios. Porque no todo es acción, también tiene su romance. Y el humor, la ironía, entre una acción tremenda que va saltando y escalando, a la velocidad como la de los grandes autos, nos va haciendo suyos. En la banda sonora también se disfruta de ese solo de guitarra de “Brighton Rock” en una batalla automovilística cargada de fuerza visual y sonora, así como también llegamos a oír hasta la alegre “Tequila” de The Button Down Brass en una de las escenas mejor logradas y a tope de intriga.

Este es un filme que rinde homenaje a Scorsese, con algunos ligeros guiños, y otros muy obvios (como el referente a “The Godfellas”). Una película, con un elenco conformado por Ansel Elgort, Kevin Spacey, Lily James y Jamie Foxx, capaz de lograr unos planos secuencia con el jazz de Dave Brubeck, y transiciones perfectas entre las escenas de acción realmente sorprendentes, como en su momento Tarantino lo hizo con “Death Proof”. También vemos otras alusiones, como Easy Rider”, y hasta el final de la película se torna un poco a la “Bonni and ClydeoNatural born killers”.

Baby Driver” es una explosión de adrenalina las dos horas que dura. Uno sufre, se engatusa y empatiza con los personajes, sobre todo con Baby. El corazón termina latiéndole a uno a mil por hora. Y es que sí, no me gustan las películas de acción ni de coches, pero esta… esta fue una tremenda joya que disfruté con locura.