Reseña de I´m thinking of Endings Things de Charlie Kaufman

 

Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

 

A partir de que se convirtió en director el tema de fondo de las películas de Charlie Kaufman es la soledad, ya sea en la caótica y desdichada vida de Caden Cotard en Snyecdoche, New York, o en la infeliz y frustrante existencia de Michael Stone protagonista de Anomalisa. Nuevamente el telón de fondo para su tercer largometraje es la soledad, pero con Kaufman nunca está dicho todo y su maquinaria imaginativa ha creado en I´m thinking of Endings Things su filme más rompedor hasta la fecha.

No entraremos en detalles del argumento para no revelar nada acerca de la trama que es un rompecabezas narrativo, pues parte de la experiencia que propone Kaufman es precisamente perderse en este universo metafísico que literalmente hace que la mente explote ante la ruptura de los patrones cinematográficos comunes, y mientras más avanza la historia más extraña, surrealista y onírica se va volviendo pero también más sensorial, emocional y hipnotizante.

La experiencia final de I´m thinking of Endings Things es equivalente a ver un filme de David Lynch o Leos Carax, o dicho de otro modo, es cine rompedor que cautiva aunque no sepas en su totalidad lo que está pasando. Pero ante todo estamos ante un filme 100% Kaufman por lo que detrás del surrealismo existe un trasfondo sumamente humano el cual está oculto detrás de los numerosos simbolismos y detalles que va dejando su autor en cada escena, en cada fotograma, en cada diálogo, todo para poder llegar a una verdad única, a veces tan trágica y devastadora que duele y causa miedo.

Inclasificable, surrealista, humana, única, personal, devastadora, cine absoluto orquestado por un guion supremo y una puesta en escena sobrecogedora donde el tiempo actúa como un desfase absoluto que lleva al éxtasis mental.

Un visionado se siente insuficiente, pues seguro aún hay mucho por descubrir.