Reseña de “La vida breve” de Juan Carlos Onetti

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop 

 

 

“La vie est breve
un peu de reve
un peu d’amour
et puis… ¡bonjour!

La vie est vaine
un peu de peine
un peu d’espoir
et puis… ¡bonsoir!”

Esta es la novela en la que vemos los primeros trazos de la ciudad de Santa María, refugio imaginario de Onetti, ubicado junto al mar, con su río y los parques, el malecón donde suelen pasearse personajes inmersos en sus mundos y vidas, reflexionando acerca del paso del tiempo y su existencia. La ciudad ideal para perderse y reencontrarse, inventarse mil y un mundos, y multitud de vidas para tan sólo descubrir las verdades que se ocultan en las sombras reales, lejos de allí, donde sólo hay mentiras y engaños y fantasías a donde se quiere escapar, entrando en otros cuerpos, teniendo otras historias, viviendo otras mentiras que al final resultan ser parte de la misma verdad.

La vida breve”, tomado el título de una canción francesa, nos trae las múltiples vidas de Brausen, su vida real y aquellas que se crea para poder soportar la primera. Su mujer, Gertrudis, ha quedado para él mutilada, pues le cortaron los pechos después de una operación que tuvieron que realizarle para salvarle la vida. Sin embargo, desde entonces, o quizá puede que desde antes y aquello tan sólo fuere un pretexto para darle razón a sus sentimientos, Brausen ha dejado de sentir deseo por ella, ya no la quiere, ha dejado de sentir las ganas de siquiera tocarle. Juan María Brausen se dedica a escribir guiones mediocres de televisión, aunque ha sido recién despedido de su trabajo (otro motivo más para buscar la forma de escapar de su rutina, de buscarse en los otros, ajenos –aunque no tan ajenos– a él). A pesar de ello, continúa dándole vida al personaje que él mismo había creado para su historia, Díaz Gray, mismo que mantiene una relación misteriosa con su paciente Elena Salas, y quienes viven en la mítica Santa María. Desea abordar sus vidas con la más profunda intimidad y el mejor acercamiento posible, pero no encuentra la forma hasta que decide atar sus vidas de alguna forma a su propia historia, otro mundo en donde pudiera ser otro, en donde pudiera decir lo que no puede en este, un lugar a donde pudiera escapar, en donde dejara de sentir asco hacia su mujer y asco hacia su propia vida.

La historia se entrelaza también con la historia de su vecina, la Queca, una prostituta que recién se ha mudado al departamento de al lado, y que Brausen conoce e imagina por igual su vida al escuchar las conversaciones que suceden al otro lado de pared, traspasándose para oírlas, darles forma, verse inmerso también en ellas. Esta es una novela en donde Onetti experimenta con la narrativa, llevándola a otro nivel, al igual que la creatividad y la imaginación. Brausen se vuelve también Arce, es el mismo Díaz Gray, y quizá también cobra vida en el espíritu de la ciudad de Santa María. Todo nos habla de él, de lo que es y no es, de lo que vive dentro de su ser pero a veces le retiene, lo encadena, y entonces necesita buscar una forma para salir y exclamar lo que tanto tiene por decir, lo que tiene qué hacer, para liberarse él, para liberarse Onetti de su capacidad de escritor y mostrarse como otro personaje más, como un maestro en las letras, como un simple espectador más. La novela dentro de la novela, la historia en múltiples historias, y el autor dentro de cada uno de los personajes, inmersos a su vez en ellos mismos.

En primera persona se nos narran todas las historias que terminan entrelazándose, confundiéndose, siendo la misma historia. En primera persona el deseo y el rechazo. El miedo y el asco. En primera persona también el odio que llega a cobrar vida en forma de un terrible asesinato. En primera persona. En primera persona la huida, el arrepentimiento y los celos. En primera persona también la vida, las vidas, breve y breves, de seres humanos que fusionan la fantasía y la realidad para hacer de esta novela otra obra maestra del Boom Latinoamericano, que tantas joyas y vidas, así como historias y salidas de escape, nos ha proporcionado con tanta maestría.