Reseña de Nuevo Orden de Michel Franco

 

Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

 

Michel Franco regresa con el que es sin duda su filme más ambicioso pero también el más polémico centrándose en una especie de distopía ambientada en México; la cual se nota muy cercana, que promete poner el grito en el cielo entre los más conservadores, no solo por lo gráfico de sus imágenes sino por toda la exposición que lleva el discurso sociopolítico.

El tráiler de Nuevo Orden termino siendo sumamente polémico pues muchos empezaron a criticar que se trataba de un filme clasista que ponía a la clase alta del país como los buenos y a la clase baja como los villanos. En su primer acto Nuevo orden se encarga de fundirse estas críticas con una presentación de la clase burguesa del país que expone su soberbia, egocentrismo e indiferencia ante los actos ocurridos fuera de su entorno. El choque entre clases se da de inmediato cuando Franco utiliza para describir a varios de sus personajes (Lisa Owen, Naian González Norvind y Diego Boneta) un simple encuentro con uno de sus ex empleados, denotando  aquí que la clase social no justifica la personalidad de los personajes, tanto para uno como para el otro lado.

El cenit del filme llega cuando la realidad alcanza a la clase privilegiada y comienza entonces el círculo de caos y violencia en el que es el punto más polémico del filme pues esta llega a raíz de las manifestaciones que acontecían en los alrededores. Franco no se enreda en mostrarnos de que va la manifestación, solo se dedica a mostrar el caos dentro de la perspectiva de la clase privilegiada lo que supone un total acierto, pues al final de cuentas es lo que ellos observan, casi nunca se detienen a observar los problemas que van más allá de su entorno hasta que estos los alcanzan. El director no se ha inventado nada, lamentablemente en muchas de las marchas que acontecen en nuestro país (e incluso en otros) el pacifismo es reemplazado por la violencia, en su mayoría no viniendo dentro de los verdaderos manifestantes sino de grupos que aprovechan la situación para crear terror y sacar provecho, lo cual termina ocurriendo en una constante de escenas que denotan miedo pero también realidad.

La crítica más fuerte de Nuevo Orden viene a la militarización la cual proyecta miedo ante el poder que el ejército tiene sobre la sociedad. Un documental muy notable como La libertad del diablo de Everardo González nos mostró el arco de violencia al cual están sometidos sus involucrados día a día desde diversos puntos de vista. Quizá el punto más bajo del filme es aquí, ya que son los militares los personajes con menos claroscuros siendo expuestos como los verdaderos villanos en una especie de recreación del Holocausto que posee las imágenes más gráficas del producto, muchas de ellas quizá gratuitas, cuando en cambio los momentos más poderosos vienen en las afueras donde el ejército vigila, intimida y explota a una población llena de miedo.

A Nuevo Orden no le interesa arrojar discursos morales o arrojar luz en la oscuridad, por el contrario, los personajes “buenos” son los que peor destino tienen en un climax final feroz que señala principalmente a los altos mandos y la corrupción que hay detrás de la realidad para mostrarnos a nosotros como sociedad una perspectiva errónea de las cosas, con héroes y villanos determinados, con soluciones fantasmas pero sobre todo creando desconfianza entre las personas (que se vislumbra en la subtrama que protagonizan Diego Boneta, Monica del Carmen y Fernando Cuautle) en su objetivo de mantener el “orden”. Dos simbolismos cierran el telón, una bandera de México izada a media asta y los primeros compases del toque a la bandera que le da al desenlace un sentido de ironía.

La ambición de Franco va de la mano con su trabajo como realizador donde entrega el mejor trabajo de su carrera en este ámbito, dejando a un lado el toque cortometraje latente en su filmografía, para dar paso a un producto más cinematográfico, trepidante y atroz en su montaje y con un excelso diseño sonoro que te hacen sentir en medio del caos que invaden a los protagonistas de Nuevo Orden.

Esto y mucho más es Nuevo Orden, el último filme de Michel Franco que va mucho más allá de una simple guerra de clases sociales, sino sobre una realidad que nos alcanza  y que es más latente que nunca.