Del catálogo de Mubi: “Faraway, so close!” de Wim Wenders

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop

 

 

Si los ángeles pudieran caer sobre la tierra, ¿sentirían de pronto el golpe que les muestre el primer indicio de ser humanos? ¿Qué sería todo aquello que arriesgarían por tener lo que anhelan ser? ¿Se verían inclinados a ceder ante las tentaciones por las que siempre estuvieron luchando? Wim Wenders vuelve a ahondar en esta hipótesis, después de haberlo hecho en su precuela “Las alas del deseo”, con uno de los guiones más extraordinarios, pues nos vemos inmersos ante imágenes totalmente poéticas con una voz en off que a veces hace su apariencia para mostrarnos los pensamientos que tiene el ángel Cassiel (Otto Sander) sobre la vida, el ser ángel, sobre los hombres y el mundo que les rodea. La cámara es producto de una magia que hace elevarnos en los aires para ver la ciudad de Berlín desde tomas aéreas, y con ella nos movemos, como ángeles, como viento, como si fuéramos los ojos de Cassiel y su amiga Raphaela (Nastassja Kinski) que acompañan el dolor y la soledad de los hombres, así como las cosas que los satisfacen, los preocupan, los hacen ser hombres. Entramos a los otros, en sus pensamientos, pero a veces también nos quedamos estáticos, sin movernos. Sólo presenciando el silencio y el ruido que ocurren aquí abajo, en la vida que hay entre los hombres y su pasado.

En la película antecesora, fue el amigo de Cassiel quien cayó para convertirse en humano. Ahora, en Faraway, so close! es el turno de él. Dejar todo lo que conoce para entender la percepción del tiempo que corre abajo y es diferente a la de arriba. Dejar el hogar para entrar a lo desconocido, pero entendiendo que algún día ha de regresar. Porque la muerte también existe, como el miedo y la confusión. Todo en este filme es poesía, la metáfora inmersa en los diálogos y las imágenes de una estupenda fotografía, la aparición de personajes que parecieran salirse de un guion surrealista, pero donde todos encajan y tienen su lugar, se entiende la función de ser porque nada ahí es casual ni eventual. Y de pronto, se da un giro total, casi convirtiéndose la historia en un thriller llena de acción dentro de un ambiente onírico. Se cuenta con grandes actuaciones más, como la de Willem Dafoe, Peter Falk y Bruno Ganz.

Wim Wenders hace también un juego cromático, de la escala de grises al color, cuando hay movimiento, cuando se puede alcanzar a oler las emociones que los ángeles no son capaces de experimentar. La atmósfera llegando hasta nosotros, que desciende de la Columna de la Victoria para aterrizar en las calles de Berlín, pintarse del frenesí del circo, las noches con sus demonios y tentaciones, el subterráneo o los túneles en donde esconden sus secretos los humanos. Y aunado a todo ello, la espectacular banda sonora que lo eleva todo aún mucho más alto: Lou Reed, Laurie Anderson, y Laurent Petitgand, así como las dos homónimas “Faraway so Close!” de U2 y de Nick Cave, y de este último también aquella con la que cierra el último gran cuadro de la película en el río Spree: “Cassiel´s song”.

Esta película es una de las favoritas del director Wenders, filme que recibió Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 1993.

 

Disponible en: https://mubi.com/es