Reseña de Ricochet de Rodrigo Fiallega (FIC UNAM 2021)

 

Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

 

Ricochet está basada en un acontecimiento real sucedido en Argentina y su narrativa se desarrolla en un solo día donde conocemos al protagonista (Martijn Kuiper cuya interpretación se llevó el premio a mejor actor en el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia) quien se entera que el presunto asesino de su hijo será puesto en libertad ante la falta de pruebas. Bajo este argumento Rodrigo Fiallega nos adentra en su opera prima, un viaje inhóspito, cotidiano y sensorial que pretende emular la sensación de impotencia y agonía a la que un ser humano puede ser desafiado.

Las dos bases en las que se sustenta Ricochet son el trabajo de su actor principal y la íntima pero a la vez bella y agresiva fotografía de Natalia Cuevas la cual nos regala algunas estampas que reflejan la calma y simpleza de un pueblo para poco a poco convertirse en imágenes de violencia y tempestad ante los hechos ocurridos que se van suscitando en la trama hasta un climax poderoso y contundente. El problema sin embargo en Ricochet resulta en que este trayecto hacia la resolución en lugar de estar lleno de suspenso o reflexión se trata de un camino largo, cansino, contemplativo y nada emocionante donde las escenas pasan una detrás de otra sin apenas punto de quiebre para la trama. Esto no impide que el final tenga su impacto pero todo el desarrollo apenas y hay destellos importantes por lo que se puede llegar a pensar que hubiera funcionado mejor como un corto o mediometraje.

Al final Ricochet logra posicionarse fuerte gracias a lo bien rematada que esta, todo ese arco de violencia y redención consigue su objetivo de quedarse en la mente del espectador. Una lástima que no se pueda decir lo mismo de los primeros dos actos de esta obra por lo que el resultado global si termina siendo descompensado y hasta cierto punto fallido.