Reseña de la película “El abrazo de la serpiente” de Ciro Guerra

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop

 

 

Una de las miradas más hermosas que nos aproximan a las culturas indígenas que viven en el Amazonas. La cosmogonía perdida del ritual establecido por las tradiciones y costumbres que, aunque han prevalecidos durante cientos de años, se encuentran ahora en decadencia. El blanco y negro no es impedimento para ver el color de la belleza selvática ubicada en la parte sur de Colombia, a donde es difícil entrar el hombre, pero cuando entra, no logra terminar de salir nunca de allí. Porque las voces y recuerdos lo acompañarán a donde sea que después vaya. Y desde entonces, siempre pretenderá regresar. Una y otra vez. Quizá en todas las vidas.

Esta obra cinematográfica se trata de una coproducción entre Colombia, Venezuela y Argentina. Es la historia, que vamos siguiendo, del chamán Karamakate, último sobreviviente de su tribu, quien ahora vive en soledad y guarda los más profundos secretos que su cultura ha tratado de conservar. Lo espiritual, aquello que hace trascender al alma humana, nutriéndola de los aspectos más importantes que cada ser otorgue, es el eje central del filme. La conexión más grande, que es la del hombre con la naturaleza, porque sin ésta no puede existir, a diferencia de lo inverso, pues es el hombre quien se ha ido acabando así mismo al acabar con ella, reflejo mismo que se mira al tocarse el tema de la fiebre del caucho que se vivió tanto a finales del siglo XIX como también en los años de la Segunda Guerra Mundial.

Por esto mismo, la historia nos presenta dos historias paralelas, distantes de tiempo, pero la misma vía, demostrándonos la ambición del hombre que le hace presentarse como una criatura que no entiende el mundo de los indígenas, ni su propio mundo, con tal de conseguir lo que desea a expensas de la mentira, la obsesión y el engaño. Los personajes que dan vida a ambas historias son nada más y nada menos que el alemán Theodor Koch-Grünberg (famoso etnólogo conocido por ser el primero en lograr grabaciones y filmaciones de ritos chamánicos y cantos parisharas) y el americano Evans Schultes (biólogo especializado en las plantas alucinógenas y el caucho, considerado como el pionero de la etnobotánica moderna). Ambos, separados del tiempo, emprenden el viaje a esas tierras dentro del departamento de Vaupés, que son atravesadas por el río Apaporis, mismo que serpentea como si fuera una anaconda abrazando el país colombiano y llegando justo a la frontera con Brasil, con la misión de encontrar la yakruna, una planta sagrada que muchos científicos y botánicos han perseguido y tratado de localizar durante muchos años por sus efectos milagrosamente medicinales.

El ruido de la selva que nunca se paga, los animales que merodean la visita de los extranjeros en tierras ajenas (la tierra desconocerá siempre al hombre, y no al revés, aunque éste nunca haya puesto un pie ahí), las noches oscuras y temerosas, las tribus de otras partes de la selva, la evangelización tratada como secta. Una posible amistad unida por la búsqueda de lo etéreo y que al final es traicionada por lo insustancial. La relación del hombre con su madre sagrada: la naturaleza. Una lucha de culturas por intentar entenderse una a la otra, porque aunque a veces sea difícil aceptarlo, como dice el chamán Karamakate, “el conocimiento es de todos”.

El filme de Ciro Guerra fue nominado al Óscar para mejor película extranjera y ganó el “Premio Art Cinema” en el Festival de Cannes de 2015, así como fue multipremiada en tantos otros festivales internacionales de cine. La fotografía es imprescindible en el trabajo del colombiano, creador también de “Los viajes del viento”. La quietud de una cámara que nos hace recorrer los bellos paisajes para sumergirnos en una cultura que se le tiene callada, pero aún tiene mucho qué decirnos. ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? Tal vez y todo sea tan sólo producto del abrazo de una serpiente. Lo que nos creó a todos. El origen del cosmos.