«Nunca digas nunca»

 

Por Erick Gálvez Ayala 

Twitter: @Alcaceltser

 

 

«Un buen día todo lo que parece imposible será todo lo contrario», una frase demoledora, una sentencia contundente, lo que se presumía no pasaría, ahora sucede, lo que se escribía en un libro o se relataba en una película, está aquí, ante nuestros ojos. Nada es imposible, todas las opciones tienen algo de sentido, las historias maquiavélicas son realidad, fuimos ingenuos al creernos el centro del universo, al dictar como debía de ser el futuro, a cambio, el presente demuestra cuánto hemos fallado como humanidad, lo capaces que somos de destruir un mundo con pequeños esfuerzos, la fatalidad ya es nuestra compañera de vida, la sorpresa es que todo puede suceder.

Vivir con un cubre bocas, aislados de la gente, en soledad global, atado a un smartphone del que aprendes u olvidas lo que pasa en ese respiro diario, es nuestro día a día, respirar parece suficiente cuando a tu lado se desbordan ríos, se caen cerros, se mata gente y se pelean entre todos. Existe una alta probabilidad de todo, la posibilidad se ha vuelto una mayoría, el porcentaje aumenta cada vez que lo creemos menor. Nunca creímos que estaríamos cerca de una pantalla aunque lejos de la vida, vimos en películas de ciencia ficción desastres tan abominables que parecían lejanos, ahora todo eso está cerca, está delante de nosotros, observas y peligrosamente pierdes tu capacidad de sorpresa.

Hoy la ficción viene gratis, se inserta en este mundo buscando el protagonismo, siendo ególatra, reforzando su poder. Golpea drásticamente arrastrando la calma, estar en el momento del ahora, predice que el futuro tal vez sea un poco más tétrico que el pasado, y el presente perdió la batalla, se ha dejado seducir por un bloque de catástrofes, estar atentos mirando muestro entorno es una obligación, ayudarnos sabiendo que no estamos muy lejos del otro, dará mayor fuerza para resistir, posiblemente el final ya haya empezado sin darnos cuenta, todo es peor de los que pensamos aunque quizá mejor de lo que merecemos.

 

«Flaqueza es temer lo que nunca experimentamos» Seneca