Crónica BAUHAUS «Abriendo la jaula»

 

Por Erick Gálvez Ayala 

Twitter: @Alcaceltser

 

 

Parece que nos han robado una parte de la vida, el virus logro herirnos de muerte como humanidad, el miedo nos abordó para viajar con nosotros (a partir de ahora) siempre a nuestro lado, estará cerca evaluando el momento de recrear una fatalidad, de volver a borrar las escasas sonrisas que este mundo nos deja presumir. Podemos vivir recluidos escondiéndonos de lo que sabemos no podremos evitar, o enfrentar el futuro inmediato regresando a nuestras actividades lúdicas, esas que te despegan de la rutina, las que por un momento atrapan tu atención, algunos les llaman «las cosas buenas de la vida».

No fue en el lugar, no fue en la fecha, ni tampoco en las condiciones que esperábamos, pero llegó. El concierto del regreso de Bauhaus, con su alineación original, tuvo que esperar 18 meses, a pesar de ello, algunos vampiros urbanos salieron de sus escondites para disfrutar del aire libre, de la oscuridad con atmosferas magistrales, recobraron fuerza tras confirmarse que el parque Bicentenario abriría sus puertas para este evento histórico, Peter Murphy, Daniel Ash, David J y Kevin Haskins volverían a pisar un escenario juntos después de algunos años sin hacerlo.

Es sábado, hay un tráfico inexplicable en la CDMX, tengo que acelerar porque el recinto no me queda tan cerca de mi lugar de residencia, quizás sin tráfico podría llegar en 30 minutos, pero justo hoy, el transito es complicado. He llegado unos minutos después de lo que esperaba, el acceso fue sencillo, no hubo la revisión de las vacunas de COVID, a excepción de que todos cubren la mitad de su cara por obligación, el evento no tiene nada de diferente, un lugar al aire libre adecuado espera, al momento no pasan de 200 0 300 personas, lo más cercano al escenario que se puede, humo, agua y muchas personas que acuden sin compañía, habrá que esperar una hora para que empiece todo, mientas tanto a buscar un lugar lo más centrado posible.

Son las 19 hrs., apenas giro mi cabeza y ya estoy atrapado entre la muchedumbre, el negro predomina, las caras en ocasiones se muestran al querer consumir un sorbo de aire fresco. No soy muy bueno con el cálculo de personas, pero son bastantes, tal vez 5 o 7 mil las que están llegando, la noche comienza a caer, parece que es la última invitada para comenzar el show. Las luces se apagan y solo un rayo radiante cae sobre SORIAH, artista nacido en México, radicado en Estados Unidos, un multinstrumentista que es bien recibido por un público respetuoso, capta la atención por sus canticos de garganta túbanos, sus letras en náhuatl intrigan al respetable, sus sonidos «ambiente atmosféricos» me dejan impactado. Veinte minutos fueron suficientes para dejar un buen sabor de boca.

Con pocos minutos de diferencia, suben al escenario Automatic, banda con un sonido actual repleto de sintetizadores, un bajo delineado elegante y la batería que de repente acelera los tiempos de la canción. A pesar de una nula comunicación con la gente logran subir la expectativa canción tras canción, en general podríamos describir su sonido con influencias de bandas de los ochentas como New Order, Joy Division e incluso los headliners de hoy. Como no tener esa influencia, principalmente en la baterista, si tu padre forma parte de Bauhaus, así de claro. Alrededor de 10 canciones interpretadas dejan satisfechos a los miles de fans, es tiempo de tomar un respiro, viene la catarsis, viene una banda de culto, nadie puede esperar más.

Minutos antes, segundos quizás, ha caído un vampiro, se retuerce en el suelo, ahora la expectativa es doble, ¿cuánto falta para que salga la banda? y ¿en cuánto tiempo llegara un paramédico? Afortunadamente, la adrenalina del momento hace recobrar a este fan, se han apagado las luces, todo ha comenzado. Humo y sintetizadores a un volumen importante han sido lo que nos ha guiado, esos mismos sintetizadores simulan por momentos que el mundo va a destruirse, en otros momentos simulan que dejaran de sonar para acompañar al silencio, un silencio que solo dura unos instantes, porque ha salido la banda, Kevin Haskins ha tomado la batería, esa que domina desde hace más de 40 años, con sus lentes hipster y ataviado de negro se dispone listo, David J toma su bajo para establecer el ritmo junto con su hermano, una de las bases rítmicas más sólidas del rock, con sus canas presunciosas y envuelto en el color negro da otro guiño de como la espera ha terminado. Daniel Ash, abraza su guitarra, porta sus lentes oscuros de mosca, se esconde en el negro de su playera negra, se propone distorsionar un poco para hacerse presente, detrás de él, llega el frontman, un cantante adorado en nuestro país, dueño de una voz potente, también viste de negro, una chamara negra de piel brillante se acompaña de un sombrero peculiar, Peter Murphy.

El ruido ya no es controlable, suenan las primeras notas de «Rosefuneral Garden Of Sores«, la hipnotizante banda ha cautivado a sus legionarios, estamos dispuestos a repetir lo que ellos deseen, la jaula se ha abierto, ahora todos somos libres de gritar, cantar, saltar o porque no, bajarse un poco el cubre bocas y respiras la otra realidad. Le sigue «Double Dare«, un himno dark, aquí ya no sabemos quién está a nuestro lado, solo hay que ver al frente a esos seres de culto, la batería de Haskins lleva un ritmo pesado que parece retumba a kilómetros, «I dare yoooouuu….» cantamos como si eso representara un mensaje a la pandemia. Sin decir nada, suena «In The Flat Field«, la banda sabe que cada uno tiene su tiempo de protagonismo, aquí David J nos lleva a un clásico de la banda, Murphy parece un monstruo que no puede ser controlado. «A God In Alcove«, traen ese grado de suspenso tan característico del grupo, las sombras reflejadas en la cortina de atrás, nos muestran a los músicos. «Boys» tiene su punto brillante en la capacidad de ejecutar el saxofón de Daniel Ash, un ritmo frenético, tal vez más amigable que el resto de melodías. «Spy In The Cab» suena más perturbadora, el eco de la voz de Peter Murphy atraviesa los oídos de nuestro lado. «Terror Couple Kill Colonel», «She´S In Parties» Y «Kick In The Eye» continúan una ceremonia fabulosa, DANIEL ASH toma más el control de la banda con sus guitarras variadas, sin duda, un guitarrista infravalorado. Aunque parece pronto, estamos a la mitad del concierto, suena «Bela Lugosi Is Dead«, no es la mejor versión debido a la distracción ocasionada por un fanático, el cual subió para abrazar a l cantante, en cambio se llevó un empujón y hasta golpes para bajarlo del escenario. «Silent Hedges» aún tuvo a la agrupación un poco distraída, pero cuando interpretaron «The Passion Of Lovers» el manicomio volvió, esas primeras notas de guitarra fueron el detonante para el bullicio.

«Stigmata Martyr» suena aplastante, fulminante, la prueba de que Bauhaus  además de ser una banda que aportó mucho a la música dark, pudo evolucionar y hacer un rock fuerte con sonido propio, riff demoledor. «Dark Entries» era la gran ausente al momento, y la tocaron de manera fabulosa, con el apoyo de la gente cantando «dark entries, dark entries, dark entries» sin dejar de respirar. Asi se despiden por primera vez, solamente han pasado 65 minutos de que empezó su concierto, han sido un huracán, pero no han dejado a nadie insatisfecho.

El regreso viene con rock puro, fuerte, desafiante, un ímpetu más guitarrero, cover de todo tipo, para llevarlos bien guardados en la mente, primero, «Sister Midnight» de Iggy Pop, para pasar por «Telegram Sam» De T-Rex, y llegar a la cima de la montaña  con «Ziggy Stardust«, aquella pieza que hicieron suya del maestro «David Bowie«. El final se veía tras las luces, la hipnosis tiene su fin, pero antes de eso, Peter Murphy regresa solo al escenario, con su guitarra acústica nos regala el tema: «All We Ever Wanted Was Everything«, los coros se realizan a todo pulmón por los vampiros, sabidos de la inevitable despedida.

Se prendieron un poco las luces, cada uno volteaba a ver a su alrededor, por unos minutos, volvimos a encontrar en el arte, esa válvula de escape, una fuerza en nuestro cuerpo inexplicable, pudimos salir de la jaula en que debimos recluirnos, fuimos atrapados en la oscuridad y nos volvimos vampiros, hicimos magia. Bauhaus dejo claro que sus fans son leales, su sonido es ensordecedor y cuanto extrañamos vernos a las caras.

 

«Un pájaro no se alegra, aunque su jaula sea de oro»