«Un Big Bang» Crónica de Bunbury en el Palacio de los Deportes 35 años

 

Por Erick Gálvez Ayala 

Twitter: @Alcaceltser

 

 

Son las 18 hrs, tengo poco tiempo para apurar mi salida del trabajo, la cita es a las 20:30 hrs. en el domo de cobre, hoy veremos a Bunbury en acción, después de algunos discos editados tras la pandemia presentara su gira de 35 años de carrera, todo parece dictado para ver un show memorable, es viernes y voy con la mejor compañía, no hay forma de no pasarla bien.

Hemos apurado el paso lo más que pudimos, entramos al estacionamiento con un poco de coraje por el costo excesivo del lugar ($200), iremos a los souvenirs. Por más que busque algo diferente lo único que me agrado fue una gorra color gris, al menos nunca la había visto, ahora si es momento de entrar al concierto, estamos a buen tiempo.

Entramos poco después de las 20 hrs. el lugar es lo suficientemente cercano para no perder un detalle, aunque un poco de costado. Pedimos una cerveza para arrancar, al fondo se escucha música variada que va desde David Bowie hasta Hector Lavoe, comienza a llenarse el recinto, la gente se percibe ansiosa por escuchar al aragonés, estamos a instantes de arrancar, se apagan las luces y estamos listos para lo que venga.

Luces apenas se encienden como para ver a los primeros en salir al escenario, Los Santos Inocentes van tomando su lugar, Jorge Rebenaque da las primeas notas de la noche, la pieza elegida para el arranque es «Los Términos De Mi Rendición» en versión instrumental y resumida, justo al terminar aparece Enrique Bunbury con un traje rojo y gafas en la misma tonalidad que nos recuerda al cantante Lavoe. Sin más comienza «Cualquiera En Su Sano Juicio«, una de las canciones que forman parte del disco Posible, buen inicio, aunque aún sin el entusiasmo que esperaríamos de los presentes. La tercera pieza es «Nom» el track con el que inicia el ultimo LP del español, aquí parece que empezamos a ver la emoción frente a nosotros, el sonido es bueno, la banda nos presenta pinceladas de lucidez, el público va levantando el ánimo de a poco. «El Precio Que Hay Que Pagar» es la siguiente canción, el juego de luces nos recuerda que para este músico, la diferencia está en los detalles, todo está perfectamente cuidado.

El verdadero despertar del concierto se da, cuando se oyen las primeras guitarras de «El Club De Los Imposibles«, la gente canta: «Una herida mortal, por cada momento de gloria, del que podamos disfrutar», un tema emblemático, una forma de catalogarse del resto, para cuando termina Santi del Campo con el saxofón, esto ya está descontrolado, ahora si es un manicomio. «El Momento De Aprovechar El Momento» nos tranquiliza después de esos instantes de catarsis, Robert Castellanos y Alvaro Suite se regodean de un lado del escenario, un ensamble perfecto. Le siguen «Cuna De Cain», «Despierta» y «Más Alto Que Nosotros Solo El Cielo», en estos momentos nadie sabe para qué hay sillas en el lugar, se canta con fuerza a cada instante. «Hombre De Acción» también de sus últimas canciones grabadas se escucha fantástica, sostenida por los sintetizadores, elevada al máximo, «Piensas como hombre de acción y no te veo pelear«.

Un silencio en el escenario para que el saxofón llene el silencio, llega «El Rescate» los móviles se prenden al por mayor, el momento se vive intensamente, las gargantas se desgarran al cantar «Y no te obligo a nada que no quieras, las fuerzas me fallan, mis piernas no responden, te conocen, pero no llegan a ti….» uno de los puntos más altos de la presentación. «La Actitud Correcta» suena glam, cautivadora, contemporánea, mantiene un clímax que durará lo que resta del concierto, «Deshacer Del Mundo» y «Que Tengas Suertecita» se vuelven otras piezas cantadas al unísono del espectador, no hay tiempo para respirar, al menos eso propone la banda.

«Parecemos Tontos» fue una sorpresa para mí, la respuesta de cantar acompañado de las más de 10 mil personas nos habla de una comunión entre el artista y sus seguidores, aquí no hay la letra de amor, hay una advertencia específica, «Intentan desplumar nuestras alas, como si fuera un casino de las vegas….» «No conseguirán engañarnos a todos, aunque a veces parecemos tontos, no conseguirán engañarnos a todos, a todos no…». Después de ese idilio lirico, viene «Los Habitantes» una melodía incluida en el flamante disco Las Consecuencias, Los Santos Inocentes a tope, un solo para despedir la canción de Jordy Mena nos deja suspirando por la guitarra.

Luces rojas, posición de espera para abrir paso a «El Extranjero«, todos a saltar, el recuerdo de aquellos finales de los noventa nos atrae con este hit, sin duda una de las mayormente coreadas. «Mar Adentro» que fuera la primera canción del primer álbum del nacido en Zaragoza rompe con todo lo esperado, un hervidero es el escenario, el fuego se expande hacia el público, los Héroes Del Silencio también fueron recordados. Poco faltaba para la recta final, y entonces el piano de Rebe vuelve a dictarnos el ritmo semilento que nos propone «De Todo El Mundo», para este momento la unión es tal que Bunbury canta entre los fanáticos, les da la mano como demostrándoles que de verdad les echo de menos por estos años sin conciertos. «No tengo dueño, no soy tu esclavo, un poco tuyo y de todo el mundo….»

El primer final se da con «Lady Blue» seguramente el tema que miles de veces ha interpretado en directo el músico español, hay una esencia de esperanza en el aire, los motivos para estar ahi son muchos, perdimos a muchas personas en estos últimos meses, pero al final de cuentas, como diría la canción: «Desde hoy, no temas nada, no hace falta ya, todo se fue con el huracán, nada queda, de las vueltas que el tiempo nos dio, todo se fue con el huracán», y así se despide la banda, aunque no del todo.

«Enriqueee, Enriqueeee, Enriqueee…» se oye en todo el lugar, hasta que regresan al escenario. «Antes De Desayunar» llega en el encore, un tema que forma parte del último trabajo editado de Bunbury, resistencia social y tintes de conflictos de pareja se abordan en esta letra. Una de las bombas de esta actuación es «Infinito«, cervezas y abrazos iluminan el paisaje, esa ranchera tan de nosotros, nos ha conquistado de nuevo. La penúltima canción es la inigualable «Maldito Duende«, el rebelde de los noventa se deja ver al subirse a los asientos para cantar con los fans «Te sientes tan fuerte, que piensas, que nadie te puede tocar». Y el final, sin promesa de regreso, llega con «La Constante» también cantada a todo pulmón por aquellos enamorados de su pareja, aquellos incondicionales del sentir. Ahora si las luces se han prendido, no hay vuelta atrás.

Bunbury dio una presentación digna de su carrera, presentando canciones de diversas épocas sin caer en la nostalgia barata, mostro su lado actual, con un guiño al largo camino recorrido. Como algún día nos dijo hace 25 años: «Derrumba los muros, abre las puertas, deshazte los nudos que te sujetan», así ha sido su carrera sin ataduras, con la mirada hacia el frente, contradictorio, pero con un camino lleno de aprendizajes.

 

 

«Escribiré contra el olvido
Porque mientras yo escribo
Otro habla de lo que hago o digo» Malditos charlatanes, Curso de levitación intensiva, Bunbury