La tournée de Dios o de la regañiza que un señor muy simpático le puso a la humanidad

 

Por Carla de Pedro

 

 

Hace muchos años que leí la novela La tournée de Dios de Enrique Jardiel Poncela. La verdad es que en mi familia este libro es casi un objeto de culto y es por eso que a lo largo del tiempo, cuando en muy diversas ocasiones lo he mencionado y me he percatado de que es prácticamente un libro desconocido en México, me he sorprendido.

Así pues, decidí escribir un poco sobre este libro, que acá es prácticamente ignorado en el ámbito académico de la literatura (y también en el no- académico), probablemente porque se trata de una comedia y no de un libro serio; o porque Dios, ese señor que a muchos no les es tan simpático, está en el título del libro; o porque les es simpático y piensan que el libro hablará mal de él cuando en realidad a quien critica es a la humanidad; o porque se piensa que la novela funciona únicamente como una crítica a la sociedad española de esos años; o porque Jardiel Poncela era un poco misógino y no es políticamente correcto hablar de él; o bien porque fue opacado por otros autores españoles, no lo sé, pero en mi opinión, La tournée de Dios es una novela que vale la pena leerse aunque por extraña razón se lea tan poco en estas latitudes.

Antes de que Julio Cortázar sorprendiera al mundo con una historia que puede ser leída en orden o no, ya Jardiel Poncela había bromeado con leer su novela en el orden que al lector se le diera en gana; incluso, había propuesto un posible desorden de lectura, o, si no se le daba la gana a alguien leerla, le proponía arrojarla por la ventana. Yo tengo la suerte de no haberla arrojado.

El protagonista del libro es Dios, quién, como se lee en la dedicatoria del libro, le es muy simpático al autor (A Dios, que me es muy simpático) y es que, conforme vamos leyendo la novela, nos damos cuenta de que el Dios retratado por Poncela, quien decide visitar España en forma humana, es, en efecto, un señor muy simpático; los que no lo son, son todos los demás.

 

 

 

En una crítica al fanatismo religioso, a la política de estado, al periodismo y a la humanidad en su conjunto, este misántropo libro nos muestra que si Dios nos visitara, quedaría realmente muy decepcionado de nuestra gran estupidez. La tournée de Dios es una comedia irónica e hiriente porque busca lanzar una flecha al corazón del orgullo humano. Está escrita con un humor fino, muchas veces absurdo, pero siempre genial. Este libro debería encontrarse en la cabecera de todos nosotros, a ver si nos golpea en la cabeza alguna vez y nos hace entrar en razón.

En la novela, tras haber sido recibido con bombos, platillos, veladoras y suicidios colectivos, Dios es despedido con dos líneas en las páginas intermedias de un periódico; y es que a la humanidad no le gusta un Dios que viene al mundo solo para pegarnos una regañiza a todos. Qué difícil es para el ser humano que le digan que se equivoca. Qué difícil es darnos cuenta de que no estamos ni cerca de hacer las cosas bien.

Qué maravilloso es este libro escrito con un gran sentido del humor en 1932. Es una comedia original, divertida desde sus inicios, cuando el autor se burla de sí mismo y de los derechos de autor, para culminar en la burla entera de una sociedad que es risible y patética.

Quizás por eso no gusta mucho a la crítica este libro que se burla de todos; menos de Dios, desde luego, ese señor simpático que nada tiene que ver con este mundo de porquería.