Reseña de Elvis de Baz Luhrmann

 

Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

 

Ahora que los biopics de figuras musicales están de moda en la industria (siendo los más famosos el de Freddie Mercury y el de Elton John) era cuestión de tiempo para que se estrenara uno centrado en el artista en solitario más influyente de la música contemporánea, hablamos desde luego de Elvis Presley, el cual para su representación se ha escogido al aún semidesconocido Austin Butler, cuya carrera sigue ascendiendo y que muy probablemente se terminara consolidando en Hollywood siendo este filme un claro parteaguas para él.

Elvis se toma más de dos horas y media en contarnos toda la historia del Rey, desde sus inicios, pequeños flashes de su infancia, su relación con su manager el Coronel Tom Parker, su ascenso al estrellato, su matrimonio, sus excesos, su consolidación en Las Vegas y su inminente caída. Lo cierto es que al intentar contar todos estos aspectos de la vida de Elvis uno pensaría que estamos ante un biopic convencional de una narración clásica, pero no, cuando se trata de Baz Luhrmann nada puede ser convencional, y el australiano no deja de restregarnos su sello personal a cada oportunidad en este torbellino de imágenes, música y locura que da pie a muy pocos momentos de pasividad,  pues por el contrario, el director de Moulin Rouge utiliza todos los artificios a su alcance para contar con la mayor epicidad posible este relato, lo que es sin duda un arma de dos filos que a veces juega a su favor (la presentación de Elvis, el festival navideño, las referencias a la música afroamericana) y a veces en su contra (toda la introducción del Coronel, la sobreprotección de la madre de Elvis, el exilio en Alemania, la carrera del Rey en el cine) dejando algunos momentos de mayor emoción y otros menos estimulantes pero igual curiosos. Aun así los mejores momentos en Elvis son cuando Luhrmann deja que la narración respire y se aleja de los excesos visuales para entrar en una aparente calma pero que deja pequeños momentos íntimos en el protagonista que son bastante conmovedores y reflexivos, en buena parte esto es gracia sin duda a la estupenda labor de Austin Butler quien esta entregadísimo en el papel, sin embargo  yo me quedo con un fabuloso Tom Hanks quien es un roba escenas total con su Coronel, un personaje que el actor dota de carisma pero que no deja de ser repulsivo a partes iguales.

Hay que detenernos también en mencionar el muy interesante retrato que Luhrmann hace de la industria de los años 50s a los 70s el cual posee muchos paralelismos con la actualidad, haciendo mucho énfasis en la cultura de cancelación que sufrió en sus inicios Elvis pero también en la latente violencia que azota a Estados Unidos, dejando igual entrever los efectos que estos tuvieron en el protagonista que lo terminaron descendiendo a los infiernos psicológicos y personales.

Elvis es ante todo un filme 100% Luhrmann, un espectáculo sideral de sus excesos (que no veíamos ya hace 9 años desde El Gran Gatsby), con sus virtudes y defectos, pero siempre es de agradecer que existan este tipo de biopics, más arriesgados, menos convencionales, con sellos autorales y que no solo sirvan como mero lucimiento de su protagonista. Elvis es ante todo un filme que no debe dejar indiferente a nadie.