Para ponerles un altar «Azul» by Real de Catorce

 

Por Erick Gálvez Ayala 

Twitter: @Alcaceltser

 

 

Si alguien puede jactarse que en su vida ha compuestos grandes canciones, ese es José Cruz Camargo. Aunque además de su capacidad para escribir grandes textos y su extraordinaria ejecución en la armónica, tiene algunas otras grandes virtudes. Una de ellas es escoger los músicos que lo acompañan, algunos de ellos virtuosos anónimos que antes de pertenecer a Real de Catorce no figuraban de la manera en que lo hicieron. José Iglesias es un caso especial, guitarrista de gran nivel, quien hace sonar a la banda como una verdadera maravilla.

«AZUL» es la primera canción que se oye en el primer álbum de Real de Catorce, una canción totalmente infravalorada, aquí tenemos una pieza bluesera, un guiño a la delicadeza, un viaje bestial, una obra artística con la que puedes eliminar la letra y seguiría siendo genial, puedes quitar la música y el texto podría recitarse en cualquier lugar de poesía.

«AZUL», para los anglosajones es tristeza, es melancolía, es nostalgia, para José Cruz es la carta de presentación de su proyecto, musicalmente es completa, guiada por la guitarra mágica de Iglesias, un instrumento que sangra cuando suena, se retuerce para llevarnos de la mano a cerrar los ojos e imaginar cual es nuestro azul del momento. Las imágenes expresadas en los versos nos dejan más desconcertados y a la vez poseídos por su verdad. «Azul, azul, y en sus ojos refleja un hilillo de luz, su vestido perlado de noche, el cigarro encendido en un beso carnal….» son líneas comunicantes, llenas de ser, divinas por su orden, capaces de dar diferentes vertientes a la pieza.

El tema sigue sostenido de aquella guitarra parlante, transmite añoranza, es fuego convertido en cenizas, sol convertido en luna, alumbra como deslumbra, hiere como sana. sensual, limpia, simplemente inigualable, la firmaría cualquier artista de blues en Latinoamérica. Los vientos incluidos en la música le hacen dar detalles más elegantes a una armonía sublime, en las presentaciones en vivo se sustituían con armónicas del cantante.

Con cuatro estrofas la banda nos estaba presentado lo que era capaz de hacer, uno de los mejores comienzos en la carrera de cualquier grupo en México, digna de mostrarla en todo el mundo como algo hecho en  nuestro país, tal vez Real de Catorce debió de ser nuestra carta fuerte del rock nacional, para muchos (me incluyo) es la mejor que existió y existirá en estos lares.

 

«»Una línea en la mano, que quiere borrar» José Cruz