Por G. Mateo
Se inclina el caballito
con ardiente decisión
y en el dorso de la mano
salecita con limón.
Venado de oro joven
encerrado en la botella,
llévame cabrito
con esa mujer bella;
que me lleven ya borracho
a los altos de Jalisco
donde hacen el licor
más fino que yo he visto.
Con jugo azul de agave
con vino de mezcal,
curármela contigo
no pido nada más;
por amores tapatíos
tal vez podré llorar,
y en la fiesta con “Don Cuervo”
Mariachis dedicar… ¡SALUD!