Por Erick Gálvez Ayala

Una pesadilla se define como un sueño con tintes terroríficos, un episodio emocional que transmite miedo al que lo vive. La frase de que una pesadilla se volvió real en muchas ocasiones es síntoma de exageración, es desmedida; sin embargo, en temas relacionados con nuestro País hemos vivido casi 6 años de algo que bien podría interpretarse como eso, una que parece llegar a su final, el fin del gobierno de Enrique Peña Nieto.

No es fácil categorizar un mandato porque la medida de las cosas se da de acuerdo al cristal con el que se mira, aun así no creo que exista alguna persona que pueda dar una buena nota al gobierno del mexiquense, años perdidos por un grupo de saqueadores que han dejado a millones de personas defraudadas, desde los ilusos que si votaron por él, pasando por los de pocos recursos que se dejan embaucar con un apoyo económico, hasta los que tuvimos que resignarnos desde aquel lejano 2012. No se tenía que ser un experto para saber los monstruos que venían de regreso con la vuelta del PRI a los pinos, episodios de corrupción en 17 estados de la república, gastos excesivos en propiedades de toda la familia presidencial, estupideces de una de las hijas, más estupideces de la esposa, y sandeces mayúsculas del propio Enrique.

EPN es uno de los peores presidentes en la historia, su reputación esta por los suelos de manera merecida, tal vez a la par de la de la del ex-presidente Salinas de Gortari al que el pueblo repudia aunque hay que reconocer que de mejor coeficiente este último. Pero ¿Cuál es la razón por la que este tipo nos parece tan mal gobernante? ¿Es víctima de la era de la información? ¿En verdad puede haber un político tan poco brillante? Bueno, intentaré aclararlo, es un pésimo gobernante porque no tiene ni remotamente contento a ningún sector del País, sólo con mencionar que los empresarios (quienes al menos deberían respetarlo) se quejan que para crecer en sus negocios cada vez hay que dar más dinero, la corrupción más evidente es lo que representa este sexenio como alguna vez lo menciono el escritor Gabriel Zaid la corrupción es el sistema en sí mismo.

Existe un sector que le atañe su inaudito mandato a las redes sociales, que han acrecentado los errores que ha cometido en discursos, presentaciones públicas y algún otro resbalón con el uso correcto del idioma. La realidad es que EPN es víctima de su propia ignorancia, de su incapacidad de formar un gabinete que al menos le tapara sus inmensos errores, es culpable de tragedias como la de Atenco o la de Ayotzinapa (aunque nos hayan contado media verdad), del incremento en la delincuencia, de una pobreza cada vez más artera, de una crisis profunda en la creación de empleos para la sociedad mexicana. No solamente de eso es responsable, agreguen la violencia que se vive en gran parte de la nación, la cual se combate sin ningún tipo de estrategia razonable,  ¿Algo más? si, también es causante de una economía inestable, de incrementos es la canasta básica, del aumento en el costo del combustible con aquella famosa frase digna de Roberto Gómez Bolaños «¿Qué hubieran hecho ustedes?».

En fin, no podemos mirar hacia atrás para suspirar por algo bueno que haya ocurrido, estos años le han costado al pueblo, deudas, muertes, inseguridad, fricciones y un futuro desconcertante porque es poco probable que alguien pueda darle vuelta a tantas decisiones fallidas. Sin embargo, hay algo que no podemos dejar de reconocerle, su capacidad de hacernos reír en momentos donde el trabajo nos tenía estresados, su astucia para hacer alguna tontería aun mayor de la anterior, esas memes que le dedicaron (dedicamos) que nos hicieron esbozar una sonrisa maliciosa, gracias Peña Nieto.

Nadie sabe que es lo que viene, lo cierto es que ya tenemos gran cantidad de basura electoral en nuestros corruptos medios de comunicación buscándonos vender al próximo líder del poder ejecutivo, opciones hay muchas, ideas hay pocas, recicles algunos y cada quien decidirá su posición con respecto al tema, de cualquier forma en unos años el chiste se contara sólo, como ocurre cada año de elección.

Dato valioso: Sólo dos de cada diez personas en México consideran como aceptable el gobierno de EPN .