Sobre Bojack Horseman, el caballo deprimido más famoso de la televisión

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop 

 

 

Esta es la historia de Bojack… Horseman… obviamente. El caballo más famoso de la televisión, el caballo más deprimido, alcohólico y solo. No uno que acostumbraría andar corriendo en libertad como lo dictaría su verdadera naturaleza, sino uno que se la pasa bebiendo todo el día, durmiendo, sentado frente al televisor y escapando de algo que sólo él sabe qué es, y que nosotros lo iremos descubriendo de poco en poco. Esta es la triste historia del pobre Bojack, que si en la vida llegáramos a toparnos con él, seguro lo odiaríamos, pero que al seguir sus días tan de cerca, la verdad es que no podemos hacerlo, sino todo lo contrario, tomarle profundo cariño y apiadarnos de él, pues su vida ha consistido en una serie de errores que han sido los responsables de llevarlo hasta donde se encuentra ahora.

Hace años, en los noventas, antes de comenzarle a seguir sus pasos, fue actor de una exitosa comedia de Hollywood (“Horsing around”). A partir de ella es que se fue llenando de fama, dinero, muchas relaciones que después descubriría falsas y de un egocentrismo grande que terminaría convirtiéndolo en una intolerancia hacia los suyos y todos los otros. Su vida de actor no es ya la misma, y no ha logrado algo realmente bueno con lo qué sentirse orgulloso a partir de entonces. Ahora pareciera estar actuando y fingiendo todo el tiempo. Y es que, en realidad, actuar se trata de dejar todo atrás y convertirse en otro, en alguien que no se es. Así ha pasado toda la vida, siendo otro, siendo para otros, dejando de ser él. No deja de ver las repeticiones de aquella serie que le dio lo que él consideraba entonces era el éxito, no deja de vivir en el pasado porque no quiere ser olvidado, desea ser alguien importante (¿pero qué significa ello?). Junto con Bojack, los personajes que lo acompañan también nos van presentando sus historias, cada uno con sus problemas y lidiando su propia lucha para alcanzar el éxito, o peor aún, tratando de descifrar quiénes realmente son. Diane, Princess Carolyn, Mr. Peanutbutter, Todd, todos van evolucionando a lo largo de los capítulos y en cada una de las temporadas, por lo que no es una serie lineal, sino que avanza, todos avanzan y se transforman, vemos los cambios a los que se enfrentan y la maleabilidad en sus identidades a causa de los diferentes caminos que van tomando. Todos se preguntan sin preguntar. Todos andan buscando. Y todos se pierden en su propia búsqueda. No solamente es Bojack, son también los demás, somos todos nosotros. ¿Cuál es la clave de la felicidad? Cada uno trata de descifrarlo, aún los personajes secundarios que también llegan a cautivarnos, y a veces, hasta llegamos a sufrir junto con ellos: Sarah Lynn, Kelsey, Wanda, Pinky, los tres niños adultos, Hollyhock o la madre de Bojack, por mencionar algunos.

Estamos frente a una obra maestra en su género, una crítica magistral a la sociedad actual, al capitalismo estadounidense y al mundo del gran espectáculo falso que resulta ser Hollywood. Una crítica a la farsa que nos gobierna a todos. Pero, mejor aún, una crítica profunda y emocional a todos los que conformamos esta sociedad, en tiempos en donde el hombre se encuentra más solo y perdido que nunca, en donde cada vez aumentan los índices de depresión, adicciones y de suicidio; tiempos en donde la tristeza pareciera gobernar los corazones, y la gente, sobre todo la más joven, no se halla, no encuentra un objetivo al que apegarse, no saben quiénes son, ni a dónde ir, ni qué es lo que más desean. Esta caricatura no hace más que caricaturizarnos a todos. ¿Y por qué en una mezcla rara entre animales y seres humanos? Quizá para reflejar ciertas semejanzas que compartimos, cada animal con una personalidad, cada ser con su naturaleza (aunque a veces queramos evadirla). También, la burla para retratar de manera exquisita la comedia sobre la condición humana y sobre una persona que no sabe avanzar”, como afirmó Will Arnett, actor que dio voz a Bojack,

Creada por Raphael Bob-Waksberg, junto con la talentosa dibujante Lisa Hanawalt, esta es una de las mejores series de la televisión de las últimas décadas, con el mejor guion, una creatividad e innovación en el trabajo de animación, excelente desarrollo de personajes y banda sonora que a veces nos sorprende en los momentos más emotivos. Es arriesgada, original, emotiva; es profunda, sincera y real. Simplemente, es impactante. Y quien no se haya sentido identificado con algunos de los personajes es porque no ha vivido ese instante en el que todo ser humano se llega a preguntar en algún momento de su vida “¿Quién soy? ¿Para qué estoy aquí? ¿Qué es lo que quiero hacer con esto?” Una historia que nos hará reflexionar sobre nuestras propias historias. Una historia que a muchos nos hará sentir acompañados, entendidos y tener algo de esperanza, tocando lo más íntimo de nosotros, a veces incomodándonos, otras no dejándonos pensar en otra cosa que las frases que parecieran caer a nuestros oídos como rocas pesadas. Y al final, al término de cada capítulo, tal vez no hayamos creado una mejor versión de nosotros inmediatamente, pero sí quizá nacerá en nosotros la idea de que todo puede cambiar. Nacerá ese pequeño pero relampagueante deseo de querer cambiar uno mismo. Y por algo es que se empieza, pues bien es cierto que lleva tiempo darse cuenta cuán miserable es uno, pero incluso más tiempo descubrir que no tiene que ser así siempre”.

Ahora, la historia de Bojack Horseman está por terminar. Muchos se preguntan qué será de su vida sin la compañía de ese caballo que nos ha salvado a todos los que vemos nuestra imagen reflejada en él, o en la de cualquier otro personaje. Pero, sin importar esto, es tiempo de tener el valor para al fin dar protagonismo a nuestra propia historia y buscar en nuestra sangre, en nuestros pensamientos y deseos; tiempo de sincerarnos y dar lucha a esta batalla que solamente a nosotros nos corresponde, a nosotros y a nadie más. Porque se puede. Y no es tan difícil. Pero se tiene que trabajar en ello día con día, como correr. Entonces, de esa forma lograremos ser lo que se dice verdadera y jodidamente libres.

 

«Ese es el problema con la vida: O sabes lo que quieres y no lo consigues, o bien, obtienes lo que quieres y ya no sabes lo que quieres.»

«Ese es el problema. No creo en todo eso de «en el fondo«. Creo que eres lo que haces.»

 

» -¿Puedo hacerte una pregunta? Esa obra de Nueva York, ¿te habría hecho feliz?
– Sí, digo, por un tiempo.
– Y si Kelsey no hubiera sido despedida y hubieras hecho la película que querías, ¿eso te habría hecho feliz?
– Por un tiempo, pero luego… probablemente…
– ¿Qué importa entonces?
– Pero tiene que haber más.
– Bueno, ¿cuándo fue la última vez que fuiste realmente feliz?»

 

«- ¡Maldición, odio esto! ¡Correr es terrible! Todo es espantoso. Dios mío.
– Se hace más fácil.
– ¿Eh?
– Cada día, se hace más fácil.
– ¿Sí?
– Pero tienes qué hacerlo cada día, esa es la parte más difícil. Peo sí que se hace más fácil.
– Ok.

 

«En este terrible mundo sólo tenemos los vínculos que establecemos.»

 

«- Nadie completa a nadie. Eso no es real. Si encuentras a alguien que medianamente toleras, hinca las uñas y no la sueltes, no importa qué.
– ¿Debería conformarme y ya?
– Sí, gracias. Exacto, confórmate. Porque si no, de lo contrario, te volverás más vieja, más intolerante y más solitaria. Y harás cualquier cosa para llenar ese agujero con amigos, con una carrera, con sexo casual… pero el vacío no se llenará. Y un día, vas a mirar alrededor y te darás cuenta de que todos te adoran, pero nadie quiere estar contigo. Y esa es la sensación más solitaria del mundo.»

 

«Es triste que conocer la verdadera identidad del otro lo arruine todo.»

«El universo es un vacío cruel e indiferente. La clave para ser feliz no es la búsqueda de significado, es solamente mantenerte ocupado con un sinsentido sin importancia y eventualmente estarás muerto.»

«No sé cómo esperas que alguien te ame cuando tú tan claramente te odias a ti mismo.»

«¿Ves, Sarah Lynn? No estamos condenados. En el gran orden de las cosas, sólo somos pequeñas manchas que un día serán olvidadas. No importa qué hicimos en el pasado, o cómo nos recordarán. Sólo importa el presente, este momento. Este momento espectacular que estamos compartiendo.»

«¿Crees que quiero andar deprimido en un monumento al pasado, gozando con mi propia culpa mientras mi vida pasa? ¿No es lamentable?”

» -No puedo volver a mi antigua vida sobria. Es muy vacía.”

– Está bien… este es el secreto para ser feliz: Finge ser feliz, y en algún momento olvidarás que estás fingiendo.»

«Me dediqué a esto porque adoro las historias. Nos consuelan, nos inspiran, crean un contexto de cómo percibimos el mundo. Pero también debes tener cuidado, porque si pasas mucho tiempo con las historias, empiezas a creer que la vida son sólo historias, y no es así. La vida es la vida, y eso es triste porque hay tan poco tiempo, y… ¿qué hacemos con él?»

«El bosque es oscuro y aterrador, pero la única salida está por dentro.»

«Porque a veces para encontrarte, debes alejarte del mundo que conoces (…) Porque debes irte para volver a casa.»

«No cortes la cuerda que te conecta con la cometa que eres.»