Por Josselin Chávez

No debería impactarnos que en sociedades como la nuestra llenas de arrepentimientos y culpas. El tabú que pesa sobre la sexualidad al igual que el de la muerte, se orienta a no dejar al descubierto actividades humanas que puedan poner en contradicho la idea de razón, perdurabilidad y orden en que se sustenta la articulación de la sociedad.

Esta sociedad judeocristiana a darle significado espiritual de fealdad mediante la representación de los cuerpos no tanto en su estado de ideal desnudez como en su realidad desnuda, porque Dios mismo ha vestido la tierra con la obra de la creación y él mismo se manifiesta revestido de gloria y magnificencia es el que se cubre de luz como de vestidura, entonces la desnudez deja de ser algo vergonzoso, ridículo o discordante y pasa a adquirir un estado paradigmático en el cual se encuentra una experiencia religiosa que atribuye  una concepción agonística de la vida del origen aristocrático, en la cual seguimos, un modo de vida aristotélico donde hay “bien y mal” donde las dualidades nos manejan.

El desnudo puede ser impúdico a partir de la persona que lo vea. Por ejemplo la pornografía, en donde jamás se junta a narrar una historia, y en donde se representa a individuos que no se reconocen como sujetos de su deseo, en sus historias no cuentan con una verdadera trama porque los actores no representan personajes, sino que son reducidos a órganos sexuales susceptibles de penetrar y ser penetrados. Sin embargo en la gnosis nos mencionan la dimensión erótica  que parece quedar excluida precisamente por el riguroso dualismo que establece entre un cuerpo destinado a la perdición y un espíritu vestido y destinado a la salvación; tal dualismo impide cualquier pensamiento sobre la existencia de un estado intermedio, de un tránsito.

¿por qué un desnudo en un hombre es mas atractivo de la cintura para arriba cubriendo lo demás que viceversa? Propia percepción.

La trasgresión,  levanta el interdicto sin suprimirlo, porque los hombres somos hombres gracias al campo de las prohibiciones que ha permitido conformar un mundo propiamente humano basado en la conciencia, el sentido de la razón, el tiempo futuro, la unicidad del Yo. La experiencia erótica que puede emerger en el escarceo sexual. En la película de  “El imperio de los sentido”, el sexo aparece de forma explicita, siempre al servicio de que el deseo se muestre, en función de que se haga presente la oposición entre “poseer” y “destruir” al objeto del deseo, que el exceso irrumpa hasta el extremo de un asesinato que pone en escena el delirio y la locura, el aislamientos social que se sumergen Sada y Kichi, personajes con rostro y nombre propio, por la vorágine de su deseo.

Desde que el espectador es a su vez mirado con intensidad, es como, si la desnudez que se ofrece funcionando como espejo: el espectador es invitado a enfrentarse con su desnudez potencial.