El fotógrafo juega, porque ha encontrado en el acto de fotografiar una identificación con su propia intención. A propósito del aparato cuando éste se vuelve automático no requiere de la intervención humana para desempeñar su función-juego, sin embargo la mayoría de los aparatos todavía necesitan a los hombres, como funcionarios y como jugadores. Como ejemplo en la película de “2001 Odisea en el espacio” de Kubrick , nos muestran un aparato, Hall, que es autómata y es programado para una función especifica. Cuando éste se ve amenazado de una desconexión, comienza a matar a los viajeros en esa nave, la causa de esta analogía son los aparatos como cajas negras científicas que juegan a pensar. La cámara es un aparato relativamente simple y transparente, y el fotógrafo es un funcionario relativamente simple, la consideración del acto de fotografiar, es un movimiento complejo, los obstáculos de la cultura, la condición cultural, informan el acto fotográfico y es posible descifrarlo a partir de las fotografías, porque no es la misma intención de Sally Mann en “Candy Cigarette” y la serie de Frieke Janssens. El propósito fotográfico es el de emanciparse de su condición cultural, y asegurar su toma.

Esta toma consiste en una combinación es espacio tiempo de la cámara, y lo que vemos cuando miramos la fotografía es precisamente la estructura del juego, la del fotógrafo es relativa a la primera impresión para lograr una decodificación sincera, la distinción tradicional entre realismo e idealismo es superada por la fotografía: el mundo “exterior” no es lo “real”; tampoco lo son los conceptos “internos” del programa del aparato; lo “real” es la imagen tal cual”. Ya que en el acto de hacer la toma, el fotógrafo entra en una liberación de tiempo, el cual los humanos le hemos dado una medida para nuestra satisfacción, la cámara le permite escoger entre un innumerable y diferentes puntos de vista, se crea una forma de vomitar todo lo visual en un cuadro “vivir lo más, no lo mejor”.

La tarea critica de la fotografía consiste en descifrar aquellas codificaciones mutuamente relacionadas. Cuando la critica fotográfica logra comprender estas dos intenciones contenidas en cada fotografía es decir la función de la cámara y del fotógrafo, el mensaje es descifrado. Las fotografías sirven de perfectamente a su propio fin si uno tiene la formula correcta entenderlas, programarían a la sociedad para una conducta adecuada al servicio de las funciones de los aparatos, una sociedad donde se vean las cosas como son en realidad. Sin embargo nadie cree que sea necesario descifrar las fotografías, pues todo el mundo cree que sabe como producirlas. Estas se reciben como objetos despreciables que cualquiera puede producir, y a los que cualquier persona puede tratar según lo desee, rompe los limites del universo al crear situaciones que no están inscritas en el juego de combinaciones.