Por: Daniel Hernández García.

 

Concluyo,

que he estado de rodillas por mucho tiempo,

tanto que mis narices huelen a pedo.

 

Hace tiempo que estoy así,

de rodillas, como a ti te gusta,

palmas al suelo

y sin utopía en mi mirada.

 

Soy hombre gusano,

soy  hombre roedor,

soy  hombre serpiente,

soy hombre cara de niño.

 

Lamento de los suelos,

lagrimas para sepulcros,

salvación en los cielos.

 

He nacido concluyentemente

con la visión de los vencidos,

de aquellos que confundieron símbolos

y al final se arrodillaron.

 

Ya no vendrá Quetzalcóatl

pues avergonzado se encuentra

debajo de los ríos.

 

Hay una llorona

que pregunta sin certidumbre alguna,

¿Qué será de mi hijo?,

¿de mi hija, de mis niños?.

 

Estoy de rodillas,

echando raíces

y jugueteando un poco

mientras pendejeo un rato.