Víctor Daniel López  < VDL >

El fin de semana pasado, la ciudad de Puebla se envolvió de magia, corriendo en el aire, dentro del cuerpo, llegando a la mente. Magia capaz de unir a las personas con un único fin: celebrar las ideas. Y así fue como la pasión por la ciencia, el arte, la humanidad, las emociones y la tecnología, lograron juntar diversas mentas y almas en un espacio en donde la luz del pensamiento podía llegar a ser más grande y fuerte que cualquier oscuridad inerte. Un espacio en donde se reunieron la creatividad, la solidaridad, la esperanza y la imaginación, para así convertirse en una sola cosa: quizá llamada revolución, quizá transformación, o tal vez simplemente evolución. Estallaron los corazones y las mentes de miles de personas debido a la concentración de grandes genios e intelectos que hicieron llover ideas con las que han estado soñando toda su vida, y que muchas de ellas se encuentran en proceso de desarrollo o incluso ya en etapa de aplicación. Hablo de la «Ciudad de las Ideas”, el festival internacional de mentes brillantes que cada año se celebra en la bella ciudad del mole y los chiles en nogada, y que ahora se celebra su edición undécima con el eslogan de “The Burning Questions”, debido a una pintura de Desmond Morris y a causa de las preguntas incendiarias que traían todos los ponentes y con las que buscan de alguna forma revolucionar el mundo, o generar un impacto para bien en la vida y la sociedad: generando consciencia, transmitiendo pasiones y sueños, compartiendo conocimiento y experiencia.

Los días 16, 17 y 18 de noviembre se reunieron cerca de cinco mil personas en el Auditorio Metropolitano para ser testigos de una fiesta de ideas y sentir el calor de las llamas de aquellas cerillas prendidas por gente curiosa, rebelde, inconforme, preguntona, creativa, que sin ninguna limitación, ni barreras, combatiendo incluso otras ideas, o personas y organizaciones tratando de detenerlas, no se dejaron intimidar y siguieron persistiendo hasta hacer crecer el fuego de sus “Burning Questions”.

¿Por qué existen los celos? ¿Por qué nos enamoramos? ¿Por qué mentimos? ¿Cómo será la comida del futuro, o el diseño urbano? ¿Pueden el hombre y la máquina convivir sin daño ni miedo alguno? ¿Qué hace grandes a las grandes películas? ¿Cómo saber improvisar, memorizar, jugar, alcanzar nuestros sueños? ¿Un matemático puede ganar un juego de futbol? ¿Cuál es el algoritmo de la felicidad? ¿Cuál es el verdadero problema con la diversidad cultural? ¿Qué es la inteligencia artificial, o qué impacto y usos tiene el Data Science? ¿Deberían legalizar las armas para que tengamos mayor seguridad? ¿Se pueden alterar los genes? ¿Cómo se gestarán los bebés en el futuro? ¿Por qué seguimos a líderes autoritarios? ¿Cómo sería tu vida si tuvieras una discapacidad? ¿Puede la ciencia crear nueva vida? Estas y más preguntas incendiarias se revelaron en los tres días que duró el evento en CDI 2018, en una ciudad que ha ido creciendo mucho durante los últimos años, apoyando la cultura, el arte, la ciencia y los avances tecnológicos, pues como asegura Andrés Roemer, creador y curador del evento, así como Ricardo Salinas Pliego, miembro del consejo directivo, la inversión en todas estas áreas es lo que hace a un país avanzar en un crecimiento sostenible y benéfico, para así poder llegar a ser de primer mundo.

Barry Barish, premio Nobel de Física (2017), habló sobre la gravedad y el origen del universo. Carol Guzzy, única ganadora de 4 Premios Pulitzer dio un emotivo discurso sobre la sensibilización humana, mientras en las pantallas se mostraban fotografías desgarradoras que ha capturado alrededor del mundo durante años de guerra, pobreza, odio y desastres naturales. Chris Sheldrick mostró su aplicación desarrollada de GPS, en la que logra nombrar cada cuadrado de 3x3m de absolutamente todo el planeta, con una dirección específica y conformada por tan sólo tres palabras. Se presentó a Sophia, la primera robot humanoide e incluso ya con ciudadanía de Arabia Saudita, a quien se le entrevistó y habló sobre la convivencia futura entre el humano y la máquina, los valores humanos, la sustentabilidad del mundo y el hombre, entre otros temas. También se presentó el holograma de un sobreviviente del Holocausto, con el que futuras generaciones podrán entablar una conversación real, siendo este un proyecto producido por Steven Spielberg, con el objetivo de no dejar morir la historia y se pueda tener un mejor acercamiento al pasado. Nora Atkinson, curadora de arte de la Galería Renwick del Smithsonian American Art Museum, habló sobre el arte moderno que hoy existe y sobre la honestidad que éste debe seguir teniendo, mostrando como ejemplo las bellas obras y exposiciones que suele montar en un espacio a mitad del desierto. Presentaron sus increíbles trabajos arquitectos como Moshe Safdie y Shigeru Ban, mientras demostraban el impacto que cada una de sus obras ha tenido en la sociedad y su contribución hacia una dirección de mejora. Alyssa Carson, quien ahora cuenta con apenas 16 años, ya se encuentra preparándose para en 2030 ser la primera mujer en viajar a Marte y pertenecer a una expedición que durará 1 año y cuya meta consistirá en crear la primera colonia humana en aquel país rojo. Xóchitl Guadalupe, una niña de tan sólo 8 años, originaria de Chiapas, ya tiene el nombre de “mujer científica” al desarrollar diversos proyectos de ciencia y ya haber ganado varios concursos. Como uno de los puntos más culminantes, se vivió un debate excepcional sobre si la intolerancia debe ser tolerada, conformado por grandes pensadores de distintas partes del mundo (Nadine Strossen, Frank Furedi, Brendan O’Neill, Zachary Wood, Ariel Gelblung, Axel Kaiser, Sergio Sarmiento y Miguel Carbonell).

Además de las conferencias, talleres y clases magistrales que presenciaron todos los asistentes, en los descansos y al finalizar los ciclos de cada día, se podían disfrutar de actividades alternas, como yoga, pilates, paseos nocturnos en bicicleta, síclo, así como bailar y convivir en sus fiestas nocturnas. También, grandes patrocinadores estuvieron presentes, ofreciendo todo el tiempo productos y servicios gratuitos. Cada una de las cosas que fueron parte del evento, dirección, producción, staff, ponentes, infraestructura, patrocinadores y asistentes, lo hicieron único, grandioso, lleno de una gran diversidad cultural, de mentes críticas, pero también hambrientas de conocimiento y de deseo de crecer tanto intelectual como emocionalmente. Sin duda, la “Ciudad de las Ideas” sigue siendo uno de los eventos más importantes, no sólo en el país, sino también a nivel internacional.

“La Ciudad de las Ideas” nos lleva a pensar sobre pensar, a dudar de todo, a no creernos todo lo que pensamos, a cuestionar, a preguntarnos más acerca del mundo, la vida, del futuro y de nosotros mismos. Nos lleva a hacer de nuestra mente una fuente de conocimiento interdisciplinario. Es una reflexión para que cada uno podamos plantearnos nuestra propia pregunta incendiaria. ¿Cuál es la tuya? ¿De qué forma pretendes revolucionar el mundo, cambiarlo, hacerlo mejor? ¿Qué quieres aportar? ¿Cuál deseas que sea tu semilla en la tierra? ¿Qué huella quieres dejar? ¿Qué estás haciendo con tu vida? ¿Cuál es tu pasión? ¿Cuáles tus sueños más grandes? ¿Qué es aquello que logra encenderte hasta llegar al punto de hacerte arder? ¿Qué te limita?

Y al final, ¿qué vas a elegir? ¿El miedo… o el amor?

2 COMENTARIOS

  1. Eventos como CDI deberian presentarse mas seguido en nuestra ciudad, dando a conocer nuevas tecnologias y diferentes puntos de vista de los expertos para eenriquecer nuestros conocimientos.
    Muy buena reseña. Felicidades.