Por Erick Mayorga

«Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no es la verdad.»
Marco Aurelio

 

En Europa la incertidumbre se apodera de las calles. Pronto será miedo, pronto esto podría sucederle también a Latinoamérica. Despierto cada mañana y monitoreo diferentes noticieros. Sí, ahí está la nota: dos infectados en el pueblo donde vivo. No dicen los nombres. El Virus llegó. Las compras de pánico comenzaron hace una semana. Los precios se mantienen. Mis preguntas son válidas: ¿es una conspiración para detener la economía China?; ¿es la mutación biológica consecuencia de nuestra irresponsabilidad científica?; ¿el miedo vende y los medios de comunicación han masificado el pánico?; ¿es real la alta  probabilidad de muerte en los ancianos?

Angela Merkel, en conferencia de prensa, dice que “el 70% de la población alemana será infectada”. Las preguntas continúan mientras camino al supermercado y miro a los ancianos con sus compras de pánico. Entre la duda y la certeza, la intuición y la prevención podrían hacer la diferencia. Sigo mirando a los ancianos y me pregunto: si es que todos vamos a ser infectados, ¿ellos deberían mantenerse en cuarentena preventiva?

Pase lo que pase, no tengo miedo. “Memento Mori”, significa que no debemos olvidar que vamos a morir; pero también que debemos ser responsables con lo que decimos y consecuentes con nuestras acciones. No te dejes dominar por tus emociones, no opines sin tener información. Lo que no es bueno para el enjambre, no es bueno para la abeja. No contribuyes en nada criticando desde la ignorancia. Mantente calmado, mantente serio. Aléjate del pensamiento emocional y usa la razón.

En mi círculo cercano las opiniones están divididas. Muchos son hijos de Posguerras, eso debe influir. Ellos escucharon lo que es capaz de hacer el hombre en situación de guerra y hambre. Otros saben que no hay riesgo de morir, pero también saben que el daño colateral está por venir: un daño económico. El restaurante chino está cerrado; mis amigos italianos despertaron mirando a millares de personas cerrar el camino que entra a su pueblo; mis amigos en Shanghai, que trabajan para Mercedes Benz, ahora hacen home office desde otra ciudad del mundo.

No sé qué tan peligroso es el virus, pero sí veo personas cercanas a mi, afectadas. Debemos ser prudentes, porque éste, como muchos otros peligros, está latente y ante eso solo nos queda vivir sin miedo y tratar de ser la mejor persona que podamos ser. Opinamos demasiado sobre muchos temas sin la más mínima empatía: la situación de la mujer, la economía, la ecología, la salud, la sexualidad, entre muchos otros temas; pero lo que debemos hacer es cambiar la situación al interior de nuestra casa, en nuestra vida cotidiana, porque es ahí donde están las luchas que más importan, porque es ahí donde están las mayores enfermedades.

«La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos; por lo tanto, actúa como corresponde, y ten cuidado de no entretenerte en nociones inadecuadas para la virtud y la naturaleza razonable.»

Marco Aurelio