Cuarenta o los tiempos vivos

 

Por Erick Gálvez Ayala 

Twitter: @Alcaceltser

 

 

Ruinas devenidas con senderos llenos de agua, esas pasiones que nunca perdimos en la mente, conflictos del servicio comunitario o como ser valiente en un mundo de cobardes. Protejo las calumnias dichas por mi lengua punzante, refiero que son ideas del vacío conflictuadas por la amargura de permanecer sin importar el tipo de huella que se proyecte en unas décadas, furia de hacerlo todo, inoperancia de ser expectante. Presento aprendizajes con carteles releídos, formulo hipótesis a veces sin sentido, pero puedo llegar a ser tan claro como una humareda, incluso ser tan confuso como una hoja blanca.

Parloteo cuando los nervios se cuelgan de mi ser, guardo silencio en la circunstancia menos favorable, procuro ser incapaz para sentirme mejor, consigo ser alegre a pesar de lo peor. Puedo hallar la respuesta menos precisa, esa que agote la paciencia de enfrente, aunque también asiento cuando he cometido algún error. Transcurro el viaje inquieto, asombrado desde que conozco la pasividad, bajo ese manto de conciencia, la aventura me gustaría seguir descubriendo.

El azar esconde aquello que he perdido, revitalizar esta ceremonia me ha conmovido, supe tantas historias, aunque algunas las hice propias, inventé lo que el orden me decía, oculte lo que el desorden presentía, vague en los caminos de la vida, arreglando todo lo que debo desarreglar, esculpiendo lo que debería deshacer. Y por méritos propios tengo un entorno de culpables por guiarme, de irónicos vanguardistas, buscando un precio para poder cambiar algo que no mejorará.

Mientras tanto lo que llaman futuro se escuda en un presente intrascendente, lleno de aprecio lejano, pero de confusión cercana, fundamentalista, intransigente, polarizado, pulverizado, refugiado en la sospecha, en los misterios resueltos, en la información de todo para el conocimiento de nada, siendo ciegos enmudecidos por la inmovilidad del vacío.

 

 

«Con los ojos cerrados me ves mejor
Como amo sus caras aunque a veces me den temor
Estoy parado en el medio de la vida

Y aquí yo me siento muy, muy bien» Seru Giran