Por: Carla de Pedro

Todos sabemos que en los años 90 Disney se destacó por la generación de grandes historias dirigidas al público infantil, como lo fueron El rey león, Mulán, Hércules, Aladdín, Tarzan, Lilo y Stitch, Las locuras del emperador, entre muchas otras. Estas películas eran elaboradas para un público infantil, pero eso no demeritaba su calidad en todos los aspectos: dibujos hermosos y con un estilo único para cada película, una música de gran calidad, historias congruentes y hermosas que manejaban tesis que buscaban indagar en la naturaleza humana y enriquecer de algún modo la vida de los niños que las veían. Nada que ver con aquellas películas infantiles que se basan en chistes fáciles, humor grotesco, historias facilonas y obvias que faltan al respeto a los niños, asumiendo que no tienen la capacidad para disfrutar del buen cine. Disney, en la década de los 90, continuaba con una tradición que se originó con Blancanieves, Pinocho, Fantasía y otras grandes películas que hicieron estremecer a los niños de todo el mundo desde la década de los 30.

Yo crecí con esas películas, crecí admirando a Disney, pese a que mi papá y mi abuelo me señalaban claramente que esta era una empresa estadounidense y monopólica que simbolizaba bien los problemas del capitalismo en el que habitamos y la decadencia del arte en ésta época. Y es que pese a esta gran contradicción que como persona de izquierda me hace dudar de Disney y de sus productos, observando su cualidad de productos de entretenimiento, sin autor, realizados por un gran número de obreros al servicio de una empresa, lo que hace que dude de que haya corazón en sus producciones, yo siempre ví que pese a todo lo que implica que se desarrollen en una época industrial donde el capital es un elemento central, eran historias que me conmovían, que me generaban ideas y pensamientos, que me hacían, por ejemplo, sumergirme horas en una enciclopedia buscando a cada uno de los personajes de Hércules y conociendo así los mitos que inspiraron a esta cinta.

Y así como crecí asistiendo al cine a ver cada película que Disney estrenaba, así seguí haciéndolo de adulta, llevando a mi novio a rastras y eventualmente contagiando mi amor por el cine de Disney a mi pequeño hijo. (Mi amor por Disney y Pixar pues aunque digan lo que digan, Pixar es una sección de Disney y no un estudio separado como tal) Así entonces ahora que asisto a la decadencia clara de esta casa cinematográfica me pregunto si algún día volverá a generar películas tan buenas. Al hablar de decadencia hablo de películas como Frozen, que pese a ser entretenida y tener música llamativa, no puede compararse con producciones como, por ejemplo, Mulan, ni en la riqueza de su historia, ni en el desarrollo de sus personajes, ni en la simpatía de sus personajes secundarios, siendo Frozen una película enfocada más en ventas que en ser realmente una buena película.

Encanto, película de 2021, es una cinta que podría haber sido una de las mejores del estudio, regresando a Disney a la cima del cine infantil, pero no lo fue.

Hablaré primero de los méritos de esta producción. Se trata de una película con una animación maravillosa, con dibujos de gran calidad, colorida y llena de hermosos detalles visuales. Tiene una música excepcional, inspirada en los ritmos de la música latinoamericana y con la participación de intérpretes colombianos de alto calibre. Así también, no dudo en afirmar que los escritores de la película, al buscar reflejar la esencia de Colombia, se inspiraron ampliamente y quisieron incluso plasmar el realismo mágico en su película. No pasa desapercibida la influencia de Gabriel García Marquez cuando Isabela aparece rodeada de flores, recordándonos a Remedios la bella, o al desarrollarse la historia precisamente en un pueblo aislado por las montañas y repleto de sucesos mágicos, como Macondo.

En la película también aparecen referencias a algún conflicto armado del que huyen originalmente la abuela Alma y su esposo, aunque no queda claro si se refiere a alguna guerra real, como la Guerra de los mil días, o si habla simplemente de la violencia a la que se enfrenta Colombia desde hace varios años a causa del narcotráfico, los grupos paramilitares y la ausencia de un claro Estado de Derecho. No obstante me parece un acierto no dejar fuera de la película una referencia a la violencia en el país que ha afectado a casi todos los pobladores del mismo de una u otra forma.

Con todos estos elementos podríamos esperar que Encanto fuera una de las mejores películas de Disney, pero es momento de enumerar los contras.

Uno de los principales problemas de Encanto recae en la gran cantidad de personajes. Pienso que la idea de hacer una familia grande y tratar de hablar, al menos un poco sobre cada personaje, viene nuevamente de la inspiración de Cien años de Soledad de García Marquez, donde se nos habla a detalle de cada miembro de la familia Buendía. El problema es que una novela de casi 500 páginas permite al escritor explayarse y desarrollar a cada personaje, mientras que una película es más como un cuento y, como dice Julio Cortázar utilizando una metáfora de box, un cuento, y en este caso una película, no puede darse el lujo de ganar por puntos, debe ganar por knock-out. Así entonces, la gran cantidad de miembros de la familia Madrigal y el poco desarrollo de los mismos genera confusión y deja a los espectadores en espera de más. Eso no ocurre en una película como Coco, por ejemplo, porque allí deciden centrarse únicamente en pocos miembros de la familia, en Miguel, en mamá Coco y en la abuela de Miguel, pero pese a la presencia de los papás, tíos y primos, estos pasan a convertirse en personajes incidentales y no hace falta más porque su desarrollo personal no es necesario para la historia. No obstante, en Encanto, donde se enumeran los poderes mágicos y características de cada miembro de forma equitativa, para después únicamente desarrollar los personajes de las hermanas, de Mirabel, de Bruno y de la abuela, nos genera un sentimiento de quedarnos a medias.

Otro problema de la película es uno que me parece difícil de arreglar, pues se trata precisamente de uno de sus elementos más ricos: la incorporación del Realismo Mágico. Al usar la magia de forma literal se pierde el misterio que existe en literatura como la de Gabriel García Márquez y se convierte en una historia fantástica más, al estilo de Las crónicas de Narnia (otro bodrio de película de Disney por cierto). Como digo, es muy difícil poder adaptar al cine elementos como los del Realismo Mágico, por lo que no podemos decir como tal que sea un problema de mala interpretación como que es un problema de demasiada ambición.

Finalmente, me parece que el mayor problema de Encanto es la falta de coherencia de la historia. Creo que intenta señalar que Mirabel es valiosa aunque no tenga poderes mágicos, no obstante, me parece que no lo logra, al final no entendemos si es valiosa de verdad ni por qué, nos hace sentir que no lo es y que la quieren pese a no tener ninguna cualidad ni valor como persona. Lo mismo ocurre con un personaje como Bruno, pues al final el hecho de que vea el futuro no le sirve para nada; no ayuda en absolutamente nada a su familia ni se desarrolla como individuo por culpa de esa misma familia a la que está atado y de la que sencillamente no puede librarse.

El mensaje central de la película es que la abuela permite que los miembros de la familia se desarrollen y no tengan que ser perfectos todo el tiempo para cumplir con sus expectativas y, no obstante, me parece que en ningún momento la abuela es un personaje que nos genere empatía ni cariño, a diferencia por ejemplo de la abuela, la bisabuela e incluso la tatarabuela de Miguel, en Coco, quienes son estrictas pero se observa que quieren a Miguel y de cierta forma lo cuidan y protegen. La abuela de Mirabel nos genera antipatía, no solo por ser estricta sino porque desprecia a la protagonista desde niña y el hecho de que cambie durante los últimos cinco minutos de la película no hace que le perdonemos todo el rechazo del que ha sido víctima Mirabel.

Otro problema es que la revelación de la abuela, que huyó por ser víctima de la violencia en Colombia y perdió a su esposo y tuvo que ser fuerte y cuidar de su familia, se nos dice desde el inicio de la película, por lo que no nos asombra ni tantito cuando se lo cuenta a su nieta. Así entonces el momento emotivo de la película se vuelve más bien un momento repetitivo y no genera emoción en el espectador, como debiera ocurrir.

El desarrollo de la relación entre Mirabel e Isabela es otro momento clave de la película que, por desgracia, se siente falso y forzado. Está bien que Mirabel ayude a su hermana a darse cuenta de que no tiene que cargar con el peso de ser perfecta, pero el claro odio que se tienen es difícil de curarse en los tres minutos que dura la canción de Isabela. Francamente creo que hizo falta mucho desarrollo de las relaciones existentes en la película, la de Mirabel con son sus hermanas, con su abuela o con su tío Bruno, por lo que los conflictos y las soluciones de cada conflicto se aparecen como ocurrencias más que como problemas fuertes e importantes para la vida de la protagonista. Pienso que uno de los problemas clave de la historia es que intenta desarrollar muchas historias, muchos conflictos, muchas relaciones familiares en muy poco tiempo y es por eso que se siente tan forzada y falsa.

Encanto, me parece, es una película que tenía mucho potencial, tenía uno de los mejores soundtracks de los últimos años, tenía una animación maravillosa, tenía una de las mejores inspiraciones: el Realismo Mágico, tenía una historia interesante que podía haberse desarrollado adecuadamente. No obstante, se quedó a medias. No logró cuajar realmente y convertirse en la gran película que podía haber sido y es por eso que es tan triste, porque a diferencia de una película como Frozen, Encanto sí lo tenía todo y aún así no logró despegar y convertirse en la gran película que podía ser, se quedó en la lista de las películas mediocres que ha sacado Disney en los últimos años. 

Y así los fieles seguidores de este estudio seguiremos esperando una película que realmente reviva al que alguna vez fue el mejor estudio de cine infantil, cuando mi abuela era niña y se asombró con Blancanieves, cuando mi mamá era niña y se emocionó como Mary Poppins, o cuando yo era niña y fui feliz gracias a filmes como La bella y la bestia. Así seguiremos esperando no decepcionarnos nuevamente.