José Luis Ayala Ramírez

El llamado séptimo arte siempre se ha dado a la tarea de crear películas sobre grandes personalidades políticas, deportivas y por supuesto musicales, dentro de este último grupo tenemos a varios artistas que han tenido un paso más que satisfactorio por las salas de cine, sin ir más lejos está ese destacable documental de Martin Scorsese No Direction Home: Bob Dylan o el largometraje Johnny y June sobre el cantante de country Johnny Cash.

Por eso no es de extrañar que a ya 20 años de su muerte el cine haya explotado de diferentes formas y puntos de vista la vida y muerte del vocalista de Nirvana Kurt Cobain. Sin embargo la triste realidad que se debe afrontar es que de momento ninguna de estas películas hechas para reconocer al legendario músico han quedado grabas en la mente del espectador ni han aportado algo de verdadera importancia el legado de Cobain.

Voy a dedicar el siguiente espacio para hablar en concreto de dos filmes que decidí ver estos días con motivo del aniversario luctuoso de esta personalidad de la música.

Primero esta Last days un filme de Gus Van Sant (Mi nombre es Harvey Milk), un director reconocido por su versatilidad para manejar varios tipos de dirección, desde una película totalmente académica y conservadora como Mente indomable hasta un filme independiente cuasi documental como la ganadora de la Palma de Oro Elephant. En este filme Van Sant apela a su lado más autoral para crear una película muy intimista pero extremadamente contemplativa, donde apenas sucede acción en su hora y media de duración. Last days retrata lo que son los últimos días de la vida de Kurt Cobain a través de una historia ficticia de un músico llamado Blake, que es prácticamente un paralelismo de lo acontecido días antes de la muerte de Cobain a pesar que se supone el protagonista tiene otro nombre y nunca se hace alusión a la banda Nirvana. Lo mejor de este filme quizá sea ese retrato sobre la soledad, como un hombre puede ser arrastrado al suicidio a pesar de aparentemente tenerlo todo. Sin embargo evaluando el producto completo se puede considerar como fallido.

Un poco más interesante es el documental Kurt Cobain: sobre un hijo, el cual narra en primera persona su vida, su infancia, su relación con sus padres, con sus amigos, su acercamiento a la música y su encaramiento con la fama. Es un documental muy diferente al que estamos acostumbrados pues no contiene imágenes de archivo, en cambio posee diferentes planos o fotografías que se tomaron para retratar lo que el narrador Cobain trataba de explicar con sus palabras. A pesar de la propuesta el filme termina convirtiéndose en una entrevista poco atrayente pues sinceramente hay algunos pasajes de la vida del cantante que carecen de importancia o relevancia y que termina haciendo de este documental bastante soporífero por varios minutos del metraje.

Solo queda esperar para que en próximos años algún director o productor le haga justicia al legado que Kurt Cobain realizó en la música, pues al menos en los cines su paso ha sido sin pena ni gloria, más bien sumamente olvidable e incluso pedante.