Por José Luis Ayala Ramírez

Esperanza, redención, amistad, justicia, son algunos de los valores que se encierran en la prisión de Shawshank. Pero no es una prisión cualquiera, dentro de ella se forja año tras año, piedra por piedra uno de los mayores escapes que la humanidad haya visto, pero más que nada vemos nacer, florecer y consumarse la más bella historia de amistad que jamás se haya expuesto en una pantalla, porque al final de cuentas tener un amigo es algo que nos  llena el alma, que te proporciona seguridad, que te brinda un rayo de anhelo.

Todo comienza cuando Andy Dufresnse es sentenciado a cadena perpetua acusado injustamente de haber asesinado a su esposa. Es trasladado a la prisión Shawshank donde conoce a Red, un hombre culpable (el único en toda la cárcel) por asesinato, lo cual lo ha marginado por varios años en un lugar donde lo han despojado de su vida en el exterior, donde los barrotes son sus acompañantes, donde se encuentra seguro, a salvo, pero que en el fondo le han quitado la ilusión de salir.

Dos almas en pena, dos personas muy diferentes, dos formas de ver la vida, dos hombres perdidos que encontraran en el otro un respaldo, un apoyo, un amigo. La magistral interpretación de Tim Robbins, la cálida mirada y la voz en off de Morgan Freeman hacen el resto, mientras somos testigos de los acontecimientos que suceden dentro de Shawshank, donde nos convertimos en cómplices de los prisioneros y en enemigos de los uniformados, donde deseamos el descenso de los políticos y el escape hacia la libertad de nuestros protagonistas.

Aunque Shawshank Redemption está plagada de momentos mágicos y memorables voy a resaltar tres que me parecen de auténtica tesis por la profundidad de su contenido como por su planificación en el guion y la puesta en escena. La primera escena es donde Andy pone a través del altavoz una suave y sencilla melodía de una mujer cantando, en palabras de Red ninguno de los prisioneros sabe el significado de las palabras de lo que canta la solista, pero para ellos fue una pequeña luz de esperanza que se abrió en forma de música, algo que tenía mucho no habían escuchado y que los hacía sentirse como personas libres, fuera de la prisión donde sus pensamientos los llevaban lejos de ahí. La segunda escena es un antípodas de la primera, porque habla sobre institucionalizarse hacia tu hogar, en este caso a la cárcel, la que veías como tu peor pesadilla ahora se convierte en el único lugar donde algo tiene sentido, esto queda reflejado en los pequeños minutos dedicados a Brooks, un viejo que luego de pasar décadas en Shawshank sale finalmente solo para sentirse más perdido y solo que nunca, lo que lo lleva a suicidarse.

La tercera secuencia es toda una serie de minutos finales que comienzan con el escape de Andy a través de un hoyo que ha cavado por casi 20 años, para luego llevarnos con Red quien es puesto en libertad condicional luego de pasar 40 años en Shawshank. Entonces viene el rayo de esperanza final, reducido en una carta enterrada en la tierra, la cual separa los conflictos emocionales de Red para tomar una salida, para tomar un riesgo, para tomar un camino que lo llevara a la felicidad completa, donde finalmente tanto su cuerpo como su mente podrán ser libres. Solo unos segundos dura la secuencia donde Andy y Red se reencuentran en una playa de Zihuatanejo, suficientes para hacernos llorar y reírnos con toda la felicidad del mundo mientras los amigos se dan un abrazo y la cámara se aleja para dar paso a los créditos finales.

Cuando Shawshank Redemption se presentó en la Ceremonia de los Oscar con 7 nominaciones bajo el brazo era una completa desconocida, hoy casi 20 años después de su estreno es un filme de culto, amado por mucha gente y su título como primer lugar en la base de datos de IMDB; la página más grande de cine en el mundo, parece algo imposible de igualar.

Pero más allá de los reconocimientos el valor de la ópera prima de Frank Darabont está en su mensaje y su valor hacia el espectador, en la historia que nos narra y en el par de personajes que se han de quedar en nuestros corazones aun cuando las rejas se cierren, porque hay algo que nadie nos puede quitar dijo Andy, y es lo que ya tenemos en la cabeza, en nuestros pensamientos y eso se quedara contigo para siempre.