Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

Si bien el cine en el continente asiático tiene sus inicios desde inicios del siglo XX, incluso teniendo una gran década de los 30s y 40s de las manos de los grandes Yasujiro Ozu o Kenji Mizoguchi, fue hasta los 50s cuando el mundo giro hacia este continente y más específicamente a Japón donde uno de los realizadores más influyentes de la historia del cine comenzaba a crear su legado cinematográfico, hablamos por supuesto de Akira Kurosawa.

El director nipón fue uno de los más perfeccionistas y estrictos de la primera mitad del siglo XX, tanto a nivel visual como narrativamente, creando nuevas técnicas que innovaron en su tiempo y que fueron imitadas por otros cineastas contemporáneos que van desde Steven Spielberg, George Lucas hasta un Quentin Tarantino o la misma casa productora Pixar.

Algunas de estas inventivas fue la de contar una historia de manera no lineal, es decir deshaciendo la trama para contarla como un rompecabezas siempre justificando esta narrativa con la trama que se contaba. También le daba un peso muy específico al tiempo dentro de la puesta en escena, ya fuera un clima cálido, frio, lluvioso, siempre tenía un peso dentro de la secuencia. No le importaba valerse de cualquier maña para crear el mayor realismo posible en una escena, incluso si eso significaba lazarle flechas de verdad a su protagonista o destruir toda una escenografía para una sola toma. Igual era un genio para los diferentes planos utilizados en la cinematografía, llámese tomas panorámicas, close up, el señor era un erudito para su ejecución.

Kurosawa posee dos estilos de cine, tan extremos uno del otro, pero dominando ambos con gran talento. El primero era un cine muy espectacular, de aventuras, de acción, por lo general siempre protagonizados por samuráis. El otro era uno más intimista, humano, con historias por lo general que guardaban un mensaje sobre el honor con protagonistas (en su mayoría masculinos) excelentemente dibujados.

El actor fetiche del director fue sin duda Toshiro Mifune, quien protagonizo un total de 15 películas a su mando, por lo general siempre interpretando a un samurái o al héroe de la historia.

La llegada de Kurosawa fue sin duda una de las más importantes en la historia del cine, no solo por su legado y sus técnicas, sino por lo importante que fue para la industria de su país, cineastas del pasado comenzaron a ser reconocidos y ser referentes, mientras que los nuevos recibían amplias oportunidades tanto en su país como para la distribución de sus películas a nivel internacional. Por eso y mucho más es que se trate del director más importante no solo de Japón, sino de todo Asia. Y así es como llega este enorme director a nuestra sección Cineastas en Alegato.

“Para mí el cine lo cambia todo, esa es la razón por la que he hecho al cine el trabajo de mi vida”.- Akira Kurosawa

3 películas para recomendar

Rashomon. Película con la que se da a conocer internacionalmente Kurosawa, donde hay algunos de sus elementos cinematográficos más característicos, como los samurái, el tema del honor y una historia llena de matices e interpretaciones. Pero lo que la hace tan grande es quizá ser la primera cinta donde hay una ruptura en la estructura narrativa, algo que la transformó en una película de culto a nivel mundial.

Ikiru. Sencilla y conmovedora historia sobre la vejez, la muerte y nuevamente el honor, contada de forma muy clásica sin muchos artíficos pero que guarda el que es quizá el mejor guion de una película dirigida por el japonés. Muchísima crítica social y un homenaje necesario y efectivo hacia nuestros ancestros, que invita a la reflexión y la concientización.

El Infierno del Odio. Magistral película con una puesta en escena milimétrica con una planificación que asusta, fusionada con un guion muy potente tanto por su narrativa como por su profundidad y capas en los personajes y el dilema moral al que te somete, hacen de este producto una obra maestra en los géneros policiaco y cine negro. Gigantesca por donde se vea, de los más grande que ha dado el cine en su vida.