Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

Ridley Scott continua su paso por la ciencia ficción con The Martian, filme que lo hace volver a las aventuras espaciales tipo Alien o Prometheus, sin embargo esta vez sin contar con elementos de «fantasía» o terror psicológico, sino más bien una historia de supervivencia tipo Gravity, pero donde esta vez el escenario principal es el vecino planeta rojo.

The Martian no se parece nada a como creí que sería, de echo sus primeros diez minutos que sirven de prólogo venden algo que no tiene nada que ver a lo que será el resto del metraje, y eso quizá es lo mejor que pudo hacer Scott, imprimir a su nueva odisea espacial con un tono muy ligero, cómico, nada pesimista y muy alegre, es casi una comedia negra de ciencia ficción que no se toma en serio casi en ningún momento, y que bueno que no lo hace porque de hacerlo se hubiera topado con todo tipo de criticas negativas pues su guion no solo esta lleno de los tópicos más absurdos, sino que también tiene un toque patriótico que puede ser bastante molesto. Hay escenas que incluso se puede comparar con los momentos más melosos y americanos de digamos Apolo 13 o Armageddon.

Lo cierto es que todo esto lo vengo pensando tras digerir bastante el visionado, porque durante las más de dos horas que dura The Martian me he divertido mucho y me ha emocionado en más de una ocasión, y reitero todo gracias al tono tan ligero que posee, apoyado en un Matt Damon muy carismático y entregado totalmente, se da cuenta de la intención de su director y le sigue el juego, se divierte y contagia de ese positivismo al espectador. Quien espere mucho drama y suspenso que lo deje al filo de la butaca nunca lo encontrará aquí, solo eso sí muchos minutos de diversión. Eso si, Scott nos regala momentos visuales tremendos, sobre todo el climax final posee casi la misma fuerza que lo mejor de Gravity o Interstellar.

The Martian tiene dos lineas narrativas, la que se centra totalmente en el personaje de Damon y la otra que se desarrolla con todos aquellos personajes que desean salvarle la vida al protagonista. Es en esta línea donde nos encontramos con la mayoría de esos clichés que he mencionado antes, con personajes totalmente planos y diálogos algunos de vergüenza, pero de nuevo, todo esta tan intencionado y adecuado al tono del filme que divierte y aligera bastante el ritmo de lo que pudo ser una historia con un solo personaje en su mayoría de metraje tipo Naufrago.

Probablemente se trata de la mejor película de Scott desde American Gangster, eso si advertir, si no se entra en el tono y en el juego que se propone muchos encontraran un tostón de historia que en un arco dramático más serio seria indefendible.