Por: Erick Galvez Ayala

 

A usted que es el tremendo personaje de la derrota, quien es pronunciado por las personas como una muerte en menor proporción, quiero declararle la guerra en estas lineas, me interesa que sepa que su opinión es irrelevante para un servidor, no con esto quiero impedirle que entre en mi vida, por el contrario, si desea ser un habitante de este ser inquieto e inconstante puede serlo, su presencia me da mas vitalidad para buscarle vencer aunque sea solo por algunos momentos. Sepa usted que mi molestia no radica únicamente con sus dictámenes de lo correcto o lo triunfador, mi ira se renueva día con día cuando veo que lo que produce en las demas personas es el miedo.

 

Me gustaría preguntarle si es feliz con su papel que le ha dictado algún ser extravagante, si le agrada asomarse en las vidas para enseñar su cara de satisfacción, si cada vez que se aparece no le genera algún sentimiento ver la tristeza con que lo esperan. Tal vez no me he dado a entender, las cosas por las que vives son valoradas por sectores que te inventaron, nadie te quiere en este mundo pero les crea una sonrisa saber a cuantos conoces. Me imagino que has visitado a toda la humanidad y no por eso todos han caído en tus redes de porquería, por esto me declaro tu peor enemigo.

 

De cualquier modo te invito a compartirme tus actividades para no ser de tu clase, espero con ansias el momento de vencerte, esos segundos donde sientas lo que importa que alguien te muestre una equivocación, lo triste que se vuelve que esperen tu derrota. Me despido no sin antes agradecerte que existas, ya que al igual que el amor no existiría sin el odio, sin el mal no existiría el bien, sin ti no existiera el éxito, aunque tampoco soy muy amigo de ese tipo, agrada mas que tu despreciable silueta, espero estés bien y que te extingas poco a poco de este mundo misericordioso.

 

«Todo fracaso es el condimento que da sabor al éxito» Truman Capote