Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter:  @ayala1788 

 

Tras la notable “Ex Machina”, Alex Garland continúa explorando los terrenos de la ciencia ficción con una propuesta igual de singular que su producción anterior, con “Aniquilación” vuelve también a adentrarse en el thriller psicológico con elementos existenciales humanos, pero esta vez llevando la trama a un contexto más global, lo que conlleva mayor ambición, pero también más acción en la cinta.

“Aniquilación” recuerda a muchas películas del género en varios momentos específicos, el argumento es lejanamente similar al de “Stalker” de Tarkovsky, su protagonista en cambio me ha recordado al personaje de Amy Adams en “Arrival”, el desarrollo de la trama va más por la intriga/suspense de sagas como “Alien” o “Depredador” y ya en sus minutos finales hay una clara influencia de “2001: Odisea en el espacio”, y aún con todo este extraño híbrido que es “Aniquilación”, logra salir airosa como un producto muy degustable y especial.

Garland navega con algunos tropiezos durante el metraje, con secuencias mejor conseguidas que otros, varias de ellas metidas con un calzador que no hacen sino alargar la trama sin necesidad, lo que resta adrenalina, y sobre todo nervio al relato, especialmente a partir de que la historia se mete en el interior de la zona X. Hace falta mayor trabajo en el guion y la realización en todo este tramo para hacer de “Aniquilación” un producto más redondo, existen varias elementos claramente mejorables a nivel visual como se puede notar en las escenas de acción del cocodrilo y del oso.

Sin embargo, es su parte final donde “Aniquilación” y Garland ganan enteros, cuando el cine evasivo se vuelve reflexivo, cuando los intrascendentes diálogos son sustituidos por un inquietante  silencio, donde el nivel visual de la película se eleva y arroja en el espectador nuevas cuestiones y líneas interpretativas. Es un final que se aleja de lo convencional para entrar en terrenos más autorales y que seguramente provocara el rechazo del público masivo, lo cual agradezco infinitamente.

Luego de dos primeros actos entretenidos, pero mejorables, “Aniquilaciónlogra con su tercer acto sacudir, inquietar y emocionar, es un filme que puede ser irregular por la diferencia de nivel entre sus partes, pero sus puntos positivos eclipsan a los negativos gracias a la sensación final que deja su atípico desenlace.