Reseña de Long Day´s Journey Into Night de Bi Gan

 

Por José Luis Ayala Ramírez

@ayala1788 

 

Bi Gan es un director y poeta chino de tan solo 29 años que ya desde su primera película venía generando la impresión de que estábamos ante un autor diferente, con Kaili Blues (su opera prima) ya la sensorialidad de su cine se sentía muy presente y su ambición en la puesta en escena quedaba de manifiesto con un plano secuencia de unos 40 minutos de duración. Para Long Day´s Journey Into Night toma los mismos elementos y los eleva a la enésima potencia para crear un filme absolutamente maravilloso.

Long Day´s Journey Into Night se presentó en el Festival de Cannes 2018 dentro de la sección Un Certain Regard y desde ese momento la prensa intuyo que se trataba de un título muy singular. La historia sigue a un hombre que regresa a su ciudad natal para buscar a la mujer que amó años atrás y que ahora solo recuerda a través de sus sueños. Este es el argumento de un relato que combina realismo, fantasía y sueños, que fusiona pasado y presente con el tiempo esculpiéndose a voluntad de su autor como expuso hace unas décadas una de sus principales referencias, Andrei Tarkovsky.

Aunque Bi Gan estableció como una de sus principales influencias a Perdición de Billy Wilder para su segundo largometraje también se puede sentir el alma de Vértigo de Hitchcock a través de ese relato de buscar a una mujer que se presenta como recuerdo/ fantasma para seguir atormentando al protagonista. Toda la primera parte de la trama el cineasta chino crea una atmósfera onírica hipnotizante que imprime una sensación romántica tanto melancólica, poética y completamente sensorial, utilizando planos perfectamente ejecutados y bellamente fotografiados utilizando el reflejo del agua, de un espejo o de ventanas como una de sus principales herramientas así como simbolismos para reforzar las ideas de amor, tiempo y muerte que presenta la historia en sus diversos niveles.

Si en Kaili Blues se creaba un plano secuencia de 40 minutos con algunos tropiezos escénicos, en Long Day´s Journey Into Night esta filmado en 3D, el tiempo sin cortes llega a los 50 minutos, la cámara permanece en constante belleza durante toda su duración con piruetas visuales apabullantes y las sensaciones oníricas nunca dejan de manifestarse en este fascinante viaje a través de ¿la mente? ¿el tiempo? ¿los sueños? ¿el cine? ¿el más allá? Quizá todas ellas. Uno de los grandes momentos que nos ha entregado el arte cinematográfico en este siglo, sin más.

Solo queda también rendirse ante la presencia de Tang Wei que cada vez que aparece en escena se roba las miradas enamorando a la cámara desde el primer instante.

Luego de ver Long Day´s Journey Into Night tengo claras un par de cosas, primero es que se reconocerá como un título de culto dentro de lo mejor que nos ha entregado esta década, y segundo, Bi Gan se convertirá en el cineasta asiático más importante de los próximos años. Tiempo al tiempo.