Por Erick Gálvez Ayala

Si una pieza hace que se detenga el tiempo, que te involucres con la forma en que fue creada, y si no necesita más que una melodía junto a una letra sincera para erizarte la piel, entonces estas ante una grande, esto ocurre con un tema de los años setenta, específicamente de 1973, «Confesiones de Invierno» es la canción, el grupo Sui Generis, el autor Charly García.

Un tema folk, guitarra con una voz melancólica, un texto que imagina una relación turbulenta, no se alcanza a entender si es amorosa o más bien familiar, pero eso es lo de menos, lo importante es la soledad que lleva al protagonista a conocer el mundo degenerado, la porquería de la vida, la angustia de enfrentar lo desconocido después de haber sido corrido por un ser querido, tras ser alejado de la vida de él. «Me echo de su cuarto gritándome, no tienes profesión, tuve que enfrentarme a mi condición, en invierno no hay sol…» es el principio de un texto que pareciera haber sido escrito con lágrimas en los ojos, el grito subterráneo anhela un consejo.

La guitarra de Nito Mestre acompaña como una presencia sigilosa que no quiere ser vista, su compañía hace que haya momentos donde tome el valor Charly García en líneas como: «Dios es empleado en un mostrador, da para recibir, ¿quién me dará un crédito mi señor?, sólo sé sonreír…»  la pieza se debate entre una angustia de soledad y una rabia contenida.

Hay personas que consideran esta canción como aburrida, tal vez los ortodoxos la consideren lenta, tediosa; sin embargo, con una letra tan maravillosa el ritmo se desvanece en el viento. En la recta final se asoman unas estrofas que cierran con broche de oro, «Conseguí licor y me emborrache en el baño de un bar, fui a dar a la calle de un puntapié y me sentí muy mal, y si bien yo nunca había bebido en la cárcel tuve que acabar, la fianza la pago un amigo, las heridas son del oficial…»

Sui Generis fue una banda argentina que creo bastantes clásicos, aunque pocos con esta belleza del alma…