Desde las cenizas “LAS RUTAS DESIERTAS” by Diego Vasallo

 

Por Erick Gálvez Ayala 

 

 

Hay artistas que cambian de ruta por algún fracaso, se desvían hacia un lugar más cómodo para buscar el sobrevaluado éxito masivo, también hay otros habitantes creativos buscando nuevos retos, acechando nuevas melodías, testarudos afortunadamente. Esto último aplica con la personalidad del vasco Diego Vasallo que en este insostenible 2020 lanza un nuevo disco, el sombríamente delicado, «Las rutas desiertas«.

Puede que algunos no les haga mucho ruido su nombre como solista, podríamos agregar a su recorrido musical que fue parte de Duncan Dhu, quizá eso ayudara un poco aunque no encontraran nada similar en su carrera solista. En este álbum Diego mantiene la extraordinaria poesía en sus textos, nos regala frases magistrales, además musicalmente sale del área de confort de melodías lentas para agilizar su ritmo. Ha conseguido desarrollar su estilo, sonar autentico, rasposo, cavernoso, flotar en atmósferas elegantes. Tenemos que mencionar que Vasallo esta de ese lado de los músicos que no quiere la luz frente a él, más bien busca estar en segundo plano, alejado del bullicio, prefiere la intimidad, el vacío, la insoportable nada.

Las Rutas Desiertas son 11 canciones para ser oídas entre velas, preferentemente en soledad, no hablamos de un álbum de modernidad, más bien estamos frente a uno de esos trabajos atemporales que bien pudieron escribirse en 1970 o que podrían ser publicados dentro de 10 años.

Todo comienza con una batería que anuncia el inicio de “Mi Historia” con guitarras evocando a discos de Tom Waits, la primer línea describe lo que será este recorrido “Mis huesos son un buque desarbolado, mi sombra es menos negra que mi reputación…” una pieza extraordinaria, su voz aguardientosa relata perfectamente declaraciones precisas. Le sigue “Cargamento”  a la Velvet Underground con un ritmo bluesero, un galope musical de casi 6 minutos, sin desperdicio alguno. “Mecha En La Tormenta” es el track número 3, el tono country desliza líneas penetrantes, un acordeón suave en lapsos nos hace viajar al desierto, “…Aún queda mecha en la tormenta para prender la oscuridad..”.

Esta Noche Que No Se Parece A Ninguna” va y viene como un blues acústico, el canto aumenta la velocidad, ya no se recitan las palabras, aquí hay un cántico desbordante, “disparemos una plegaria a la fortuna” nos dice de manera aparentemente irónica. “Entre El Olvido Y El Perdón” es una serie de líneas guiadas por el contraste, lentamente mágica, apenas se escucha el acompañamiento, coros sencillos a lo largo, bohemia. Continua “Erase Una Vez”, es un tema sencillo, no hay tantos versos majestuosos, puede ser la menos recomendable. “Allí Te Esperare” remite inmediatamente al primer Leonard Cohen, la añoranza del reencuentro imposible, la fuerza de la nostalgia sin caer en frases hechas.

La recta final viene con “El Rio Bajo Crecido”, incesante, reconfortante para el oyente que estaba transitando en un ritmo cabizbajo, las guitarras juegan por debajo de la lírica, “los buenos ratos y los momentos malos, una escalera ascendiendo en el vacío…” pronuncia con la fuerza del verso. “Intemperie” vuelve a ese country lento, el susurro atesora la canción, completamente en su hábitat, Diego nos perturba con sus notas, una vela al fondo sería suficiente para ilustrar el tema. “No Me Niegues Nada” evoca a Lou Reed, nos pinta cuadros en el horizonte perdido, hay una pizca de esperanza, sonido Berlín autentico. Llegamos a las “Las Rutas Desiertas” en el último track, apenas un hammond se perfila adornado la melodía, tintes de Nick Cave apenas se evidencian, la fuerza se basa en la interpretación, de nueva cuenta la poesía se hace presente o tal vez nunca se fue del todo, “Que a la fe le salgan alas, que quede siempre algún desvió, que el más infatigable desafío sea dejar las cosas claras…” menciona en el último verso.

Diego Vasallo es un artista en penumbras, susurra melodías con frases poderosas, transita frecuentemente en la realidad, esa maldita infame, sabe pronunciar letanías interesantes con un solo verso, vuelve después de 4 años a dejarnos este gran disco, digno de este año lleno de fatalidad, en el que la poesía retumba en cada acorde, respira literatura, nos deja hambrientos de más. Las Rutas Desiertas es un disco adulto, atemporal, vivirá en la historia como uno de los mejores editados en el año  que la humanidad enfermo de pánico, donde añoramos algo que nunca hemos tenido, recordamos lo que no hemos vivido, y hablamos de lo que nunca nos ha importado.

 

“Las ramas desnudas contra el cielo
me susurran al oído
que este atardecer de terciopelo
esconde lo desconocido,
que este deambular es solo una broma del destino,
que hay un cargamento de cosas buenas en camino” Cargamento, Las rutas desiertas, Diego Vasallo, 2020