Reseña de “Volver a la piel” de Gerardo Horacio Porcayo
Por Víctor Daniel López < VDL >
Twitter @vicdanlop
“Volver a la piel” es la más reciente novela del escritor morelense Gerardo Horacio Porcayo, bajo el sello editorial Fondo de Cultura Económica. Precursor del género cyberpunk en la literatura mexicana (caracterizado principalmente por centrarse en reflejar visiones distópicas del futuro lideradas por los avances tecnológicos sobre sociedades de bajos niveles de vida), Gerardo Horacio ha tratado la mayor parte de su carrera en difundir e innovar la ciencia ficción en general, alrededor de los países hispanoparlantes. Es miembro actual de la Asociación Mexicana de Ciencias Ficción y Fantasía.
Con este libro, el autor afirma que en realidad de lo que quiso principalmente hablar fue acerca de “la fragilidad de la memoria”, siendo así que al protagonista lo descubrimos al inicio de la historia con la reciente pérdida parcial de sus recuerdos, tras una operación de cambio de cuerpo. El cuerpo deja de ser cuerpo y parece volverse una mera herramienta que sirve para experimentos y desarrollo de lo que será la vida en el futuro. Se descubre así que el ser humano es capaz de desprenderse de ideas (que en un presente como el de ahora se tiene la casi afirmación de que parecieran ser preconcebidas para la eternidad), para entonces adoptar otras diferentes, nuevas, quizá hasta ajenas por completo a nosotros. Nuevos sentimientos, pensamientos, atosigan la mente de Alejo para hacerle pensar sobre cosas que antes no solía siquiera prestar atención. Con esta novela corta, logramos reflexionar acerca de los avances tecnológicos y su relación con la consciencia humana. En un futuro hipotético (aunque quién sabe cuánto de ello), cuando la robotización y nanotecnología tengan incluso más importancia que el mismo cuerpo de uno, ¿extrañaremos nuestra piel verdadera?, ¿nuestra sangre?, ¿desearemos que llegue el momento en que podamos volver a la piel y ser entonces lo que antes (ahora) éramos (somos)?
“Volver a la piel”, inspirada en los últimos días del padre del autor, que sufrió demencia senil, “narra una historia ambientada en un universo paralelo al nuestro, donde los cuerpos robóticos y la inmortalidad parecen estar al alcance de aquellos que puedan pagarlas.”
