«De la tranquilidad a la catarsis» CRONICA JACK WHITE & CAT POWER en PEPSI CENTER

 

Por Erick Gálvez Ayala 

Twitter: @Alcaceltser

 

 

Es domingo en la gran ciudad, el tráfico no existe, todas las personas mueren al menos unos minutos este día, tal vez por esa preparación física y psicológica de lo que vendrá en lunes, en fin, es día de concierto, hace unos meses qué se programó la cita en el Pepsi center ubicado en la calle Dakota. El cartel está encabezado por el último gran musico Jack White a quien lo acompaña como telonero la inclasificable Cat Power, aunque no parece la combinación ideal por las diferencias sonoras de ambos artistas, la amistad que los une y la admiración mutua son motivos para juntar sus proyectos.

La tarde es nublada, casi podríamos decir que el invierno se asoma, el aire mueve aquellos cabellos de la gente que se forma para la entrada general. personas con una edad promedio de 35 años se reúnen para ver a ese guitarrista virtuoso originario de Detroit, una mente en contante cambio, algunos más vienen con la firme intención de poder ver a la genial Chan Marshal cuya presencia en nuestro país es poco recurrente. Tardan mucho en darnos acceso al recinto, el momento parece eterno, justo poco después de las 19 hrs. se abren las puertas.

Los seguidores han decidido correr para ganar lugar lo más cercano al escenario, yo no apuro el paso, sé que conforme avanzan los minutos puedo irme adentrando entre la gente para estar cerca sin descuidar ningún detalle. Las pantallas anuncian conciertos programados en los siguientes días, nada merece mi atención, Phoenix nunca ha existido para mi, mucho menos Cultura Profetica O Kase O. Los segundos pasan lentamente hasta que se apagan las luces justo un minuto antes de las 20 hrs. Es Cat Power quien saluda con un sincero: Hola. Sus músicos están preparados y el ritual comienza con: «Cross Bone Style«, la radicada en Miami nos deleita con su voz maravillosa, ese de la y tan exquisito, una interpretación elegante en cada uno de sus temas. Ya no es aquella chica que tenía conciertos que podían ser una pesadilla, no se mira su cara, pero no hace falta, en sus ademanes se nota que la pasa bien, disfruta el show, y quizá lo mejor de todo, la gente viene dispuesta a escucharle. Alguien dijo alguna vez, que a Cat Power no hay que cantarle, hay que escucharle, es decir, no puedes llevar el ritmo de lo que canta porque con seguridad te equivocaras, le gusta cambiar las letras, la forma e incluso el fondo. A ella solo le tienes que oír la respiración y gozar con su canto, así lo hice.

Trece canciones en 45 minutos no son suficientes para estar satisfechos, tal vez con suerte la próxima vez, tengamos un show más prolongado, de cualquier manera, pudimos gozar de: «Metal Heart», «Unhate», «Good Woman», «Bad Religion», «New York, New York», «The Greatest» y algunas más. Nota chusca, Chan Marshall recibe a un Dr. Simi al que le denomina «Viejito» para después corregir y decirle «Abuelito», una gran apertura.

Los asistentes de sonido comienzan rápidamente a realizar la prueba de las 6 guitarras que estarán a disposición del líder fundador de The White Stripes, ahora todo está listo para cambiar de mood, se viene la distorsión al máximo, el ritmo frenético, todo listo para el platillo principal.

 

 

Se apagan las luces y entra la banda, encabezada por el gran baterista Jones, después de un grito, comienza un jam de Mc5 durante un minuto, enfocado en hacer sentir la vibra de rock and roll a los asistentes, quienes contestan con un grito eufórico y lleno de hambre por escuchar toda la discografía del nacido en Michigan. No puede empezar mejor ni con más brillo que con «Taking Me Back«, para este momento la gente ya no puede sostenerse, la cantidad de saltos hacen que todo el lugar se mueva, se nota una sonrisa de picardía de Jack White quien disfruta la respuesta del público y se ofrece en cada acorde y canto. Continua sin parar con temas como: «Fear Of The Down», «Black Math» de lo White Stripes, la desquiciante «Hi De Ho» Y «The White Raven«. El saludo se da con manos arriba y con aplausos de la mano del también cantante.

Como es costumbre JACK pasa al piano para interpretar «Dead Leaves And The Dirty Ground«, después le siguen temas de su carrera solista, «Love Is Selfish», «A Tip From You To Me», «Whats Done Is Done«, el público esta poseído, no hay espacio para el aire, pero no lo necesitamos porque se puede vivir tan solo de rock. Se vienen temas de su banda con MEG WHITE, una lluvia torrencial de emociones, de esos recuerdos presentes. «Hotel Yorba», «Cannon», «I Think I Smell A Rat» suenan quizá mejor que en años anteriores.

Una sorpresa en la noche llega con «I Cut Like A Buffalo» de otro proyecto, The Dead Wheater, la mejor manera de recorrer su camino como artista, y es que Jack White, es más que sus bandas, es mucho más que un guitarrista, puede que sea el último genio que ha visto nacer el rock and roll. Durante dos horas el músico disfruta de una comunión completa con sus seguidores, «Missing Pieces», «Blunderbuss» y otras más suenan con la misma contundencia de siempre, mención aparte tiene «We´Re Going To Be Friends» dedicada a Cat Power. El último tema antes de que se retire por primera vez es «Shedding My Velvet«, la despedida sabemos que no es definitiva, todo va viento en popa.

Los gritos dejan sordo, esperamos el regreso al escenario para escuchar aún más clásicos, y si, llega otra sorpresa que provoca la mayor explosión hasta el momento en el concierto, «Steady As She Goes» canción con la que se dio a conocer su proyecto THE RACONTEURS, para seguir con bombas del tamaño de: «Fell In Love With A Girl» Y «What´S The Trick» y el último tema por supuesto es «Seven Nation Army» ese clásico que rompiera todas las fronteras musicales y que incluso se utiliza en el futbol inglés. Para estas alturas, toda compostura se ha perdido, lastimosamente los celulares impiden disfrutar de esta última canción.

Ha terminado todo, los vasos sin cerveza están tirados en el suelo, el piso está totalmente mojado, la sensación de haber visto una presentación fantástica se percibe en el resto de personas, Jack White nos ha dejado claro que en los festivales no habíamos visto su gran show, el será recordado como el musico más inquieto de su generación, por mostrar claramente que disfruta de los conciertos y que lo deja todo. Debemos de reconocerle desde ya como el monstruo que es. Fue una noche memorable, fuimos del alivio a la excitación, de la tranquilidad a la catarsis, y esto afortunadamente fue, con el mismo boleto.