Reseña del libro “El profesor Zíper y las palabras perdidas” de Juan Villoro

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop

“El lenguaje es una fuerza liberadora que nos comunica con los demás, que nos permite reinventar el mundo, pero que también se puede convertir en un instrumento de dominio y coacción.”

Como historia de superhéroes dirigida para niños en un metaverso literario en donde conviven las palabras, la literatura, la poesía y los escritores, coquetea la narración de Juan Villoro arriesgándose en algo que a primeras pudiera parecer irá a quebrarse. Pero no es así, puesto que logra lo contrario, y algo que pareciera imposible se vuelve espontáneo: la aventura emocionante en la que se embarcan tres amigos del colegio con la misión de salvar el lenguaje.

“El profesor Zíper y las palabras perdidas”, publicado por Fondo de Cultura Económica e ilustrado por Rafael Barajas < El fisgón >, se adentra en el terreno de la literatura infantil para acercar esta audiencia a un mundo que pareciera pertenecer solamente al de los adultos: el del diccionario, la poesía y las academias. A través de un relato ocurrente, lleno de referencias y aprendizajes, pero también de ingeniosas gracias, acompañamos a un grupo de adolescentes que ha pedido a su profesor favorito, el de Literatura, y pareciendo de pronto que se ha esfumado del mundo dejando tan sólo un par de pistas. Al tiempo, también van presenciando la desaparición de palabras, palabras que antes existían, pero que ahora nadie es capaz de pronunciar, y no precisamente por olvido, sino porque las han robado, y algo más.

Pareciendo un episodio más de una historieta en la que Villoro va dando más aventuras en torno a los protagonistas, esta es la lucha por recuperar el sentido, haciendo un ameno recorrido por la literatura y la poesía, así como exponiendo el academicismo y la censura, la burocracia de los organismos y la inexplicable egolatría por sentenciar el vocabulario, o un estilo, o simplemente el uso y orden de las letras.

La verdad nos hará libres, y solamente se puede contar la verdad con el lenguaje, es lo que quiere decir Villoro. Pareciera no ser un cuento para niños, si tomamos esa premisa; sin embargo, lo es, y se disfruta como niño.

“Tengan problemas reales, no imaginarios. Los problemas imaginarios no sirven para nada, los problemas reales sirven para cambiar al mundo.”