Reseña del libro “Cuerpo Kintsugi” de Senka Marić

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop

 

 

Kintsugi” es el arte japonés de reparar desperfectos de la cerámica rota o deteriorada con oro. Los fragmentos recuperados quedan unidos por finos hilos irregulares dorados, y el objeto de porcelana recobra su forma original, mostrando ahora las cicatrices de su desdicha con orgullo.” En esta obra, el arte la escritora Senka Marić refleja su propio proceso de lucha contra el cáncer, en una bella novela corta, en donde a través del coraje y la esperanza, hace la comparación de esa restauración corporal y emocional con el arte del kintsugi, porque después de verse el cuerpo invadido por células que van destrozando todo a su paso, de verse expuesta a mutilaciones en el cuerpo, verlo deteriorándose, verlo diferente, ajeno, es la oportunidad para ella misma, la protagonista, y todas las protagonistas que sufren lo mismo, de encontrar la belleza que hay bajo la piel, encontrar ese ser que está más allá del cuerpo, y entonces, la mente, la energía de uno, las palabras, la sangre que sigue corriendo por todo el cuerpo, latiendo aún el corazón, son la nueva voz, el nuevo rostro, que ha de presumir sin vergüenza, porque lo que brota del coraje y del corazón, con todas sus fisuras y desperfectos, es más sincero que todo lo superficial.

A través de Fondo de Cultura Económica, y bajo la traducción de Miguel Roán, nos llega esta novela de la poeta bosnia, con una excelente narrativa que nos habla en segunda persona. Tal vez para empatizar aún más con los miedos y pensamientos por los que pasan los enfermos de cáncer. Entrar en sus mentes, sentir sus cuerpos que van cambiando, cambiando ellos, por fuera y por dentro. Cortos capítulos que nos llevan por su paso a través del cáncer de mama. Las citas en el hospital, las múltiples cirugías en periodos cortos de tiempo, los análisis y las quimioterapias, los nuevos procesos, los experimentos inciertos. ¿Qué se siente cuando te cortan un seno? Quieres palparlo y ya no encuentras la piel que antes había en su lugar. El vacío, la inseguridad. Pero también la ocasión para presumir lo verdaderamente bello y que no logrará extinguirse. Como las palabras, el recuerdo, la esencia y los sentimientos.

En “Kintsugi” podemos entender que la enfermedad puede ser un viaje con múltiples paradas. Algunas serán dolorosas, pero otras, tal vez menos, una cura para volver a unir los pedazos de cerámica de esa vasija que aún puede almacenar momentos y tiempo. Estarán unidos con resina de polvo de oro, por lo que, a vista de los otros, diferente de lo que se cree, brillará aún más. La belleza se encuentra en la imperfección de las cosas. Y todos somos imperfectos, breves. Y conforme nos vamos deteriorando debemos ir aprendiendo la técnica del kintsugi para lograr resplandecer un poco más mientras duremos.

La obra obtuvo el premio “Mesa Selimovic 2018” a la mejor novela publicada en 2018 en la región de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia y Montenegro. Ha sido traducida y publicada en inglés, español, alemán, esloveno, ruso, húngaro y serbocroata.