Por: Erick Galvez Ayala

 

La poesía es sinceramente mentirosa al igual que amablemente descortés, puede ser tan inspiradora ademas de ser hiriente.En el tango las letras son apasionantes, no hay textos inequívocos, solo sangre corriendo por el cuerpo, humanos herido o sometedores

 

Carlos Gardel grabo en 1934 una de sus piezas mas conocidas, una letra nostálgica que asoma brillantez, una pieza que se quedaría en el corazón de todos los amantes del genero, «Volver», un texto de Alfredo Le Pera, es considerado como unos de los tangos básicos, la forma en que Gardel muestra desnuda su voz para remembrar la vuelta a ese amor que no necesariamente se refiere a una persona.

 

Una letra impactante que se muestra como una poesía sentida, el inicio es preciso «Yo adivino el parpadeo, de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno», desde ese momento ya estamos claros que aquí hay un tema distinto. La letra nos traslada por diversos estados nostálgicos y no deja a nadie indiferente, Carlos le da un toque de elegancia con su fraseo arrastrado.

 

Diversas versiones se han realizado sobre el tema, incluyendo alguna de Roberto Carlos, Andres Calamaro e incluso Estrella Morente. Sin duda esta canción hace que la gente se interese mucho por el tango, la muestra de que muchos de los mejores versos se escribieron hace muchos años y que 80 años son nada

 

«»Sentir que es un soplo la vida que veinte años no es nada, que febril la mirada, errante en la sombra que busca y te nombra» Volver, 1934