Por: Daniel Hernández Gacía.
Hemos encontrado
el punto donde
se quiebra nuestro pasado,
dejando vulnerable el presente.
edificamos baluartes
para dejarlos en el olvido,
mientras las paredes caen
a pedazos y las pinturas
se marchitan por no mirarlas.
En nuestro corazón se abre
una grieta.
Caminamos ciegos en calles,
que solo son calles por ser algo,
grises e insípidas.
Palacios y templos se levantan
en la perplejidad de lo incomprensible,
la máquina de la modernidad
les quita significado y las destruye.
Hemos encontrado
el punto donde se quiebra
la sensibilidad destruyendo
nuestro pasado.