Director: Ridley Scott.

Guion: John Logan y D.W. Harper.

Elenco: Michael Fassbender, Katherine Waterstone, Danny McBride y Demián Bichir.

Alien-Covenant-Poster-with-Katherine-Waterston

 

Por Harry Cano.

La nave “Covenant” se dirige a un planeta con la intención de colonizarlo. En ella viajan 2,000 humanos en estado de sueño, dentro de unas capsulas criogénicas. Durante el viaje ocurre un evento fortuito que causa daños a la nave, provocando que algunos de sus tripulantes despierten. Los incidentes sucedidos y una inesperada transmisión, llevaran a los tripulantes a visitar, un planeta donde se encontraran con un infierno que vivirán en carne propia.

Ante todo, hay que agradecer la lucha constante de Ridley Scott por seguir filmando mínimo una película por año. En un medio como el de Hollywood, donde importa poco el sentimiento y la mirada personal, es gratificante, que Scott todavía deje entre ver, trazas de su genio artístico.

“Alien: Covenant” sigue el camino de “Prometheus”, en el sentido de seguir expandiendo todo el trasfondo que encumbra la mitología del xenomorfo. No es una película perfecta, ni mucho menos; pero si es una secuela que brinda elementos que van a ir conectando poco a poco con otras entregas futuras. Scott se está tomando su tiempo, y esto puede provocar la molestia de algunos espectadores. Algo grande está por venir y el director se lo tiene muy bien reservado.

La película no tiene sólo como intención asustar o mostrar escenas de acción superficiales. Está totalmente alejada de eso. La cinta es de ciencia ficción con elementos de terror y no al revés. Decir que el filme no está a la altura de las expectaciones (que no se deben de tener nunca) seria minimizar toda la genial labor que hace Scott, para incluir las referencias culturales que abundan en la película <<El soneto “Ozymandias” de Percy Bysshe Shelley, la emulación en el diseño de producción a los cuerpos petrificados en “La Divina Comedia” de Dante Alighieri, “Frankenstein o el moderno Prometeo” de Mary Shelley y “La Entrada de los Dioses al Vallhalla” de Richard Wagner que forma parte de la ópera “El oro del rin” (“Das Rheingold” en su título original alemán)>> y brindan pistas que le dan peso y sentido a la historia.

Posiblemente el trucaje mal intencionado de las productoras a la hora de promocionar el filme, es lo que ha afectado a los espectadores. Los trailers que fueron vistos, prometían mucho suspenso, acción, terror (…) Pero que algo quede claro, esto no es culpa de Ridley Scott, ni del equipo de filmación. Scott es un alma de intelecto que filma con los estándares hollywoodenses, pero que, de alguna u otra manera, siempre lucha para imprimir su sello y mano artesanal.

En mi opinión el guion a cargo de John Logan y D.W. Harper es fantástico. Se encarga de contar de una manera fluida la historia, donde ponen sobre la mesa esos elementos que conectan a este filme con “Prometheus” y realiza interrogantes que tendrán una posible respuesta con las cintas que están por revelarse.

La dirección fotográfica a cargo de Dariusz Wolski  brinda una mirada gótica sublime, está llena de sombras y tonos oscuros. Preciosos cuadros claroscuros que confeccionan poderosas imágenes de ciencia ficción en su estado más puro. Ni hablar del diseño de producción, intenso y deslumbrante a cargo de Chris Seagers, posiblemente la mayor seducción artística de la película.

En cuestiones actorales, el centro de atracción es sin duda alguna, Michael Fassbender. El actor se luce con un doble papel donde interpreta a los androides Walter y David. Katherine Waterstone realiza una interpretación de Daniels -sin llegar a llenar los ‘zapatos’ de Sigourney Weaver, la heroína por antonomasia- muy humana y sentida, otorgándole mayor credibilidad a su personaje. Los demás actores de reparto realizan actuaciones medianas (incluido el mexicano Demián Bichir). Personajes que fueron colocados estratégicamente en la historia para que el xenomorfo hiciera de las suyas con ellos.

En conclusión, si sólo buscan una película exclusivamente de acción y terror, temo decirles que con “Alien: Covenant” no la van a encontrar. Mi recomendación: si van a ver la película, véanla sin expectativas. Y véanla pensado que van a ver, la secuela de “Prometheus” y no la precuela de “Alien” (1979). En el entendido de que, su riqueza fílmica, se encuentra en sus diálogos filosóficos y no en las escenas de acción y acecho.