Del catálogo de FilminLatino: “Naufragio” de Jaime Humberto Hermosillo

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop 

 

 

¿Cuándo será que Amparo pueda ver de nuevo a su hijo? Mañana, nos dice, anda diciendo siempre. ¿Cuándo regresará a casa después de haber partido hace ya seis años? Mañana, quizá mañana. ¿Cuándo se casará Leticia con Gustavo? Mañana, tal vez, también le responde. Y es que esta es una película sobre el mañana, lo que traerá y lo que no. La espera larga que se hace eterna cuando aquello que no viene se tarda en llegar, y nos mantiene con ilusiones y esperanza, aunque algunos días también con temor y duda. El deseo de ver al hijo regresar, el deseo de volver, de que todo pueda recuperar de nuevo la normalidad.

Miguel Ángel hace seis años que partió, enlistado como marinero embarcado en un viaje del que ya nunca más supo su madre. Y ya ha pasado tanto tiempo que todo mundo le cree muerto, todos menos su madre, quien afirma que aún vive y lo siente, porque esas son cosas de madre que sólo las madres comprenden. Ella guarda la esperanza de que algún día (mañana), volverá, y entonces ella lo podrá reconocer y abrazar aunque éste haya cambiado un poco, como todas las cosas que cambian; quizá ya con barba, quizá con canas, pero el mismo Miguel Ángel de siempre, el mismo que se fue y anda por ahí perdido en el mundo, en las aguas y dentro de los sueños de madrugada de su madre Amparo. Ésta asegura que le han visto, incluso le han regalado una foto de él; le han visto en Venecia, dicen que anda aún por ahí. El resto asegura que no es más que una mentira, una que se inventa la madre con tal de sobrevivir al dolor, como muchas veces lo hacemos los seres humanos. Pero sólo será cuando a Amparo le dé una embolia y termine en el hospital, que el hijo pródigo regresará, como la marea que a veces trae las mismas aguas después de tanto ir y venir. Miguel Ángel ha regresado, y Leticia, la amiga de Amparo, no puede resistirse al amor que siempre ha sentido por él, y habla con su madre y le dice que aguante, que resista y que salga pronto para que pueda ver a su hijo que ha vuelto a casa. Pero Amparo se está muriendo, y Miguel Ángel, con su llegada, ha traído también la desgracia a la vida de los que antaño dejó, porque quién sabe en qué andará metido aquel pobre hombre.

Esta es una película melancólica que retrata la esperanza que yace en el porvenir. Un retrato sobre una Ciudad de México ya del pasado, de Tlatelolco, sobre el proceso burocrático de la rutina y el escape que a veces queremos tener en nuestras vidas. Una historia inspirada en un cuento de Joseph Conrad, y que también nos recuerda un poco a ese coronel de García Márquez que espera una carta con la respuesta a su solicitud de pensión. Un filme de uno de nuestros directores más importantes y queridos del cine mexicano, Jaime Humberto Hermosillo, quien nos dejó apenas el año pasado y quién sabe si lo podamos volver a ver pronto, cuando la tormenta pase, cuando la marea nos lo devuelva, cuando dejemos todos de naufragar y entonces venga el mañana, el día después, ese siguiente. Quizá sólo… tal vez… mañana.