Reseña de Annette de Leos Carax

 

Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

 

Tras 9 años de la inclasificable Holy Motros, Leos Carax regresa con su nueva propuesta Annette, una ópera musical que vuelve a poner de manifiesto su estilo extravagante y singular, pero también acercándose al romanticismo poético que nos exhibía en su fabulosa Les amants du Pont Neuf.

Carax se mete de lleno dentro del musical, género que ya toco muy efímeramente en algún episodio de Holy Motors, pero aquí lo hace en su totalidad, y es que el cineasta copia el formato narrativo de filmes como Los paraguas de Cherburgo o Les miserables, donde prácticamente (con la excepción de los monólogos de Driver) todo se basa a través de números musicales, a veces más cercanos al videoclip, lo que hace que Annette sea una experiencia que embriaga por estos excesos musicales que funcionan solo a veces, pero en su mayoría terminan por aportar poco o nada a las ideas y puesta en escena que desprende Carax.

Se agradece ver a un director elevar a un género como el musical a una propuesta más autoral que se ha visto pocas veces en el cine salvo contadísimas excepciones (All That Jazz y Dance in the dark son las primeras que se me vienen a la cabeza), sin embargo Carax también se encuentra atado a las limitaciones del mismo haciendo que su locura y extravagancia no alcancen los niveles de otras propuestas suyas, algo que probablemente se pudo solucionar dosificando mejor los números musicales, pero al ser estos eternos durante la mayoría del metraje terminan por hacerse repetitivos y poco estimulantes. No pasa lo mismo con la propuesta visual la cual es bastante atractiva e imaginativa, llena de artificialidades sí (la bebe muñeco o los efectos visuales en la escena de las olas a la cabeza), pero que funcionan perfectamente con toda la atmosfera y tono que busca captar el director francés.

Y por supuesto hay que hablar del recital interpretativo que entrega un tremendo Adam Driver, quien más allá de sus limitaciones de canto logra poner la piel de gallina y transmitir un montón de emociones a través de las diferentes facetas que va viviendo su personaje. Resulta ser un sustituto perfecto a lo que es Denis Lavant dentro del universo del cine de Carax.

Annette no deja indiferente, es seductora, personal, imaginativa pero también puede resultar una experiencia cansina y tormentosa por partes iguales, básicamente lo que uno espera de alguien tan enigmático como Leos Carax. Su galardón como mejor director en el Festival de Cine de Cannes tiene todo el sentido del mundo, pues es su visión lo que al final se te queda grabado en Annette.