Reseña de “Días de septiembre” de Raúl Manríquez

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop

 

 

La tragedia de la amistad enemistada por ideologías que no pueden compaginar en la misma página de un libro que ha adelantado sus páginas para llevar a finales diferentes. Los sueños, que de jóvenes unos, ya de adultos han cambiado de atuendos, tornado otro rumbo. Muy lejos de aquellas ideologías que se creían y a las que a veces uno es capaz de hasta aferrarse. La búsqueda inagotable del misterio hallado en los días de sierra, días de septiembre, septiembre siempre; la juventud y la amistad, el secreto de la rebeldía en el joven que mantiene vivo ese fuego capaz de hacer arder el mundo que va en contra de los principios de uno. Querer cambiarlo, ser ajeno a la corrupción política, educativa y social, y no ser indiferente ante una sociedad que se va consumiendo cada vez más por lo que resulta ser antimoral.

Raúl Manríquez, uno de los escritores más importantes del norte de México, regresa con la reedición de una de sus novelas magistrales, “Días de septiembre”, para contarnos una historia que está cargada de un grito social. La historia de un grupo de tres amigos, siendo uno el narrador y los otros los protagonistas que comenzarán a distanciarse, creándose entre ellos un odio capaz de llegar a situaciones inimaginables. La experiencia de Manríquez como maestro durante muchos años se ve reflejada en esta novela de corrupción en los sindicatos, el abuso de poder, y el involucramiento del crimen organizado y el narcotráfico para generar ambientes de hostilidad e inseguridad, en donde reina el terror aliado al terror de los más poderosos.

Con una prosa sutil y exquisita nos adentramos en los parajes de la sierra del norte, ambiente árido pero frío ante tanta falta de condiciones igualitarias. Los tres amigos que bebían cerveza a los atardeceres del sol en los montes, en la tranquilidad de las montañas en las sierras, y con grandes sueños que hasta entonces habían formado, parecen ahora no más que fantasmas, igual a los que los perseguirán durante todos los años siguientes. El amigo que no se traicionó a sí mismo, el otro que lo hizo. Y uno en medio de narrador omnisciente. El profesor que no se dejó comprar y vivió para llevar la educación a los poblados más recónditos de la sierra, compadeciéndose del dolor ajeno y las necesidades que no era fácil satisfacer al otro. La violencia implícita del norte, el desierto y los campos de drogas que controlan hectáreas bañadas de sangre y miseria. El otro que también pudo seguir siendo profesor, mas terminó de sindicalista hasta posicionarse en un líder poderoso; lo que tanto atacó en su juventud ahora forma parte de él, pero a veces así sucede, y lo que antes uno desafiaba se termina dejando consumir por ello. La lucha de intereses se vuelve más una lucha personal, y los días de septiembre, de ideales y cambio, se terminan volviendo días de recuerdo, de persecución, y la agonía de la traición en la otredad y en lo personal.

A través de Fondo de Cultura Económica nos llega la reedición de la novela de Raúl Manríquez publicada en 2009. Necesaria, pero también muy disfrutable por su estilo narrativo. Un reflejo sobre la condición humana que es siempre sometida a decisiones que giran en torno a los valores, al poder y a los ideales de cada uno. Hay quienes se mantienen en la misma línea que trazaron cuando jóvenes, los hay quienes cambian de parecer o que por una u otra razón entran a ser parte del sistema. Hay quienes se aferran, algunos que prefieren la indiferencia, y otros, que terminan engañándose a sí mismo para engañar también a los demás.