Reseña del libro “El resplandor y la sombra” de Santiago Espinosa

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop

 

 

Para muchos las montañas representan algo más que un paraje natural. Son un espacio místico, fuente de toda la vida, lugar de donde viene el agua a través de los ríos, las lluvias y la niebla de los páramos. Allí se origina el verde que se extiende, amplio, sobre los árboles y valles, el verde de los campos, las lagunas y hasta el reflejo de los mares. También de donde vienen las palabras que, envueltas en viento, se esparcen como poesía para alcanzar a tocar cada rincón; bajo las piedras, en las noches donde no duerme el lenguaje.

Así, escritores y poetas han dedicado sus vidas y obras a desentrañar los misterios que allá se encuentran, enterrados bajo tierra y entre el tiempo. Y es en este extraordinario libro que el escritor colombiano, Santiago Espinosa, nos regala un hermoso ensayo sobre el tema: un análisis poético sobre la belleza de las montañas. Con El resplandor y la sombra, hace un repaso por las sierras, montañas, nevados y volcanes que atraviesan toda la región Latinoamericana a través de una búsqueda de la poesía y la palabra como sombras de aquellos paisajes portentosos, tan llenos de magia, tan llenos de secretos, mitologías y cuna de civilizaciones antiguas con tradiciones tan distintas a la de las grandes urbes.

Santiago Espinosa divide este recorrido en capítulos separados por región: Iniciando por México y los mitos del Popocatépetl e Iztaccíhuatl, y las sierras que atraviesan el país. Desde Centroamérica y los volcanes de Guatemala y su mística ciudad de Antigua, para pasar el viaje a Sudamérica y los Andes: Colombia, Venezuela. La pampa uruguaya. Bolivia y Chile. Y mientras vamos sobrevolando aquellas montañas pareciera que nos van recitando al oído poemas y líneas de Rulfo y de Paz, de Neruda, Vargas Llosa y García Márquez, o Huidobro, Vallejo y de Borges. Santiago Espinosa analiza la poética desde la inspiración por las montañas, musa que hechiza y hace hablar hasta agotar todas las palabras, y aún quedan versos ocultos por revelar, porque para describir las montañas, el lenguaje es insuficiente; porque por más que nos intentemos acercar a ellas, habrá siempre la sombra, dentro de ellas, ocultando su origen y letras que desconoceremos, porque están más allá del alcance del entendimiento humano, más allá de la conciencia y del alma, del otro lado del resplandor que brota del horizonte de los picos más altos que llegan hasta las nubes.

El resplandor y la sombra”, editado en México por Fondo de Cultura Económica, es una de las mejores obras, en este género, que he leído y disfrutado tanto. Cada línea está llena de admiración, de poesía y de amor. Cada imagen nos hace conocer Latinoamérica desde las alturas y a la distancia, mientras nos va acercando también a nosotros mismos, como hombres y ante la fuente de toda naturaleza que termina maravillándonos. No es por nada que los máximos exponentes de la literatura y poesía latinoamericana tengan algo en común: que sean grandes admiradores y amantes de las montañas que se imponen ante el mundo como algo bello y majestuoso. La mejor poesía para los ojos.