Reseña del libro “La polvera” de Miguel Torres

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop

 

 

Miguel Torres, considerado como uno de los mejores cronistas literarios bogotanos, nos demuestra siempre una imagen de la capital en diferentes épocas y hechos del tiempo. Sus obras siempre revelando la cruda verdad que, pareciera, es la misma siempre, y que sólo ha ido cambiando de rostro, para disfrazarse un poco; a veces viniendo de las montañas, otras en forma de lluvia, cuando le da la gana de los llanos o de los páramos. Pero siempre el mismo rostro, las mismas verdades que crecen y descrecen, pero permanecen.

En esta novela corta, La polvera, editada por Fondo de Cultura Económica en México, Miguel Torres nos trae de nuevo su pasión tóxica por esta ciudad a través de una historia de amor poco convencional. Galo y Tristana se conocen en medio de la pobreza y la prostitución, en noches y días donde uno deambulo en busca de otro, de algo. El amor, en medio de la miseria, nace como nacen las flores en jardines abandonados. Se lucha por los sentimientos y el cariño encontrado; ambos se sienten como en casa en compañía del otro, pero cuando salen, se separan y se enfrentan al mundo en solitario, vuelve la realidad con ese rostro del que ya he hablado. La delincuencia, el hambre, la violencia.

Mientras vamos por el mapa, avanzando por la Séptima y adentrándonos en los barrios más peligrosos de Bogotá, llegamos a percibir también el olor a durazno de Tristana, que su nombre viene de su tristeza, antes de conocer a Galo. A pesar de los lugares más lúgubres, de la exposición ante el peligro a través de una vida de prostitución, sentimos la consolación ante el mágico acto de unir el cuerpo con otro, sobre todo si es el del ser amado. La unión en medio de una separación. La juventud como acto noble para combatir todos los males del mundo.

Afuera se está desatando una guerra, para la cual, sólo los enamorados ignoran porque viven en sus sueños y en el deseo de estar juntos, porque todo lo demás sobra, y no importa. Afuera llueve y se revientan las estrellas. Adentro, se trata sólo de sobrevivir, al costo que sea. “La polvera” está llena de una prosa sutil y una descripción bien lograda de aquella ciudad que habla siempre de sus defectos, pero con un suspiro de esperanza que hace que siempre queramos regresar a ella, enamorarnos, y olvidarnos de todo cuanto sucede alrededor.