“Procura de lo imposible”, Ida Vitale

 

Por Víctor Daniel López  < VDL >

Twitter @vicdanlop 

 

Cuánto dura la luz, cuánto
dura la luz en el verano,
como si alguien quisiera aquí
alcanzar lo imposible
noche blanca del Báltico.

 

 

 

Procura lo imposible Vitale al escribir sobre lo posible. Esa poeta uruguaya que vivió unos años en México a consecuencia de la dictadura, y que perteneció a la llamada Generación del 45, junto con Juan Carlos Onetti, Idea Vilariño, Mario Benedetti, entre otros. En la mayoría de sus obras, logra hacer de sus versos una corta poesía esencialista, buscando el sentido de lo que realmente quiere decir, el carácter que subyace en las palabras, la esencia en lo que está presente pero también en lo que permanece en ausencia. Su poesía es transparente y llena de una dulzura que es capaz de mostrar el amor que siente hacia la vida. Aferrándose a sus recuerdos, pero a la vez esperanzadora de un futuro incierto y hermoso, como una aventura temeraria a la que siempre uno ha de estar dispuesto a subirse con la mayor emoción y despojado de todos los miedos.

Vitale hace uso de su poesía como receta para combatir los males que aquejan a la humanidad, como antídoto ante la política y la ignorancia, como un puente que conecta a la sociedad con los sentimientos más humanos, mismos que la encaminan hacia sus propias raíces, que en muchas ocasiones parecieran olvidadas ya. La naturaleza queda implícita en sus versos, mostrando la verdadera y única belleza a la que el ser humano debe consignarse a admirar. Nuestro origen, lo que realmente importa, lo que representa la vida misma y nuestra sangre.

Ida Vitale recibió en 2008 el Premio Cervantes, siendo así una de las sólo cinco mujeres galardonadas con este premio de letras hispánicas. También ha obtenido otros reconocimientos como el Premio Internacional Alfonso Reyes, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Federico García Lorca. Símbolos, metafísica, alquimia del lenguaje, libertad del ser, feminismo e interioridad del alma son algunos de los elementos y temas que caracterizan el estilo poético de Vitale.      

“Procura de lo imposible” es una colección de poemas que alardean la cotidianidad del mundo y del instante, publicada por Fondo de Cultura Económica. Con ellos, uno descubre la magia que radica en las flores, en las nubes, los animales, hombres y las emociones; en todo aquello que a veces pasa hermosamente sin que nos detengamos a reparar en lo cierto y bello que resulta andar por el mundo ligeros. A continuación, presentamos algunos poemas que presentan la posibilidad de la belleza imposible:

 

JAPÓN

Un árbol es un árbol pero es
todos los árboles,
un eucalipto, aquel confuso
en lo confuso del jardín primero,
cuando aún no distinguía las diferentes
clases de sus prodigios,
y éste también que hoy arde
de flores incendiadas como el sol al ponerse.
Y también -no pretendo explicarlo-
es el signo más rojo del Japón que no he visto
y que lo desconoce.

 

 

LAURELES

No iremos más al bosque,
cortaron los laureles,
cortaron los cipreses,
los álamos, los robles,
las civiles palmeras,
la atinada araucaria,
el pino, el eucalipto
después de escarmentarlos.

No iremos más al bosque,
en ningún lado, ¿adónde?,
si el desierto prospera
más que la mala hierba.
Cortaron los laureles
el aire, la esperanza,
cortaron lo posible:
cortaron lo cortable,

las nubes en lo alto,
los ríos a sus pies.
nuestra muerte madura
con la muerte del pez.

 

 

EL DÍA, UN LABERINTO

El día, un laberinto
donde sólo tienes la luz
unos minutos.

 

Te asomas a la mesa que marea,
miras papeles,
mares que se ajan,
letras confusas,
hojas de otro otoño,
el registro del día,
el laberinto
donde sólo tuviste luz
unos minutos.

 

 

CASAS

Salas en sombra, ciegas, casas solas,
nos miran con paciencia partir,
nos gravan con su quietud,
suspendidas en umbrales que esperan.
Saben que siempre se regresa a ellas,
al silo que su sitio significa,
más que a la ciudad misma.

(¿Pero en qué noche regresamos? ¿Cómo?
¿A ser fantasmas, con celo lo adventicio,
que ambula sin sustento?)

A veces, a nuestra espalda caen.

Luego,
un dibujo de puntos
cuelga el balcón ausente
y visiones se asoman pero ya no nos miran.

 

 

RÍOS

Lejano, en esta orilla del río,
uno suele imaginarse lejano,
a orillas de otro río,
imaginándose en esta orilla
a la espera
de que desciendan
ríos misteriosos.

 

 

PALOMA

Posada la paloma
en la pared blanquísima
blanca es y reverbera,
es de veras,
es verbo,
nos vega.
Blanca posada pide,
pasajera.

De pronto es negra.
Vuela.