Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

Tras el bodrio que represento Los amantes pasajeros para la carrera de Pedro Almodóvar, el director español regresa a terrenos donde se mueve como pez en el agua, al género melodramático donde el mundo de las mujeres queda expuesto, ese mundo que a veces es injusto, denigrante, solitario y lleno de tristezas, sobre todo si eres una “chica almodóvar¨.

A pesar de que no se trata de un libreto original del manchego (basado en los relatos de Alice Munro) si se puede sentir su sello en todo momento, desde los personajes, los temas que trata hasta los diálogos y alguna que otra situación cómica, aunque muy esporádica.

El personaje de Julieta es magnífico, es complejo, está lleno de matices, es una mujer vamos, y esta excelentemente interpretado (tanto en su etapa madura por Emma Suárez como en su juventud por Adriana Ugarte, aunque la mirada triste de la primera me ha contagiado más). Almodóvar nos hace participes de su relato, de sus alegrías y de sus tristezas, lo cuenta muy bien, hay un desarrollo psicológico y la narrativa (con flashbacks y elipsis) tiene pocos altibajos, realmente todo alrededor de Julieta; el personaje, funciona notablemente.

Creo sin embargo que hay algunas situaciones y personajes que quedan en la anécdota, donde se pudo haber profundizado más o llevar hacia otro lado el tratamiento. El esposo; Xoan, empieza siendo toda una interrogante para luego ser solo un mero pretexto para el desarrollo de las mujeres protagonistas, entre ellas Ava, donde se pudo explotar más cada una de las relaciones personales que tiene. Hay un par de temas que son tocados solo por el contorno, entre ellos está el tema de las sectas, sobre todo como cambian en nuestro la ser, la forma de pensar, la forma de vivir, aunque entiendo que los temas que Almodóvar pretende abordar en Julieta son otros (el abandono, la perdida, la muerte) si me hubiera gustado más énfasis en este punto. Hablando del tema, es interesante lo del abandono, y como lo aborda el director de Todo sobre mi madre, no solo un abandono físico sino un abandono mental, el silencio, las consecuencias de este y en cada personaje lo que repercute.

El desenlace me ha gustado, hubo gente en la sala que pareció caerle muy bien, no creo que sea un final abierto, me parece que ya todas las piezas (al menos en la relación entre Julieta y Antía) quedaron en su lugar sin necesidad de recurrir a una escena sobrecargada.

Aunque no ha cumplido todas mis expectativas, me parece que Julieta contiene decenas de aciertos que lo convierten en un producto para degustar poco a poco, para los fans del director todos los ingredientes están servidos, mientras que para los detractores;  pues no hay momentos bochornosos tipo el “tigre” de La piel que habito o varios que tenía Los amantes pasajeros, lo que más se acerca es la secuencia del siervo, así que las criticas podrían venir más por lo que no aparece en pantalla, que por lo que si aparece en sí.